Secretos para una Meditación Más Profunda

Secretos para una Meditación Más Profunda

12 de enero de 2024

La meditación es un arte sutil. Aunque es fundamental aprender y practicar sus técnicas adecuadamente, al final debemos hacer de la meditación una experiencia creativa para nosotros mismos. Swami Kriyananda escribió un libro extremadamente útil al respecto llamado Secretos de la Meditación (pulsa aquí para ver el enlace en inglés). En él da sugerencias aparentemente simples, pero profundamente reveladoras para profundizar y personalizar nuestra práctica.

Hay treinta y un “secretos,” uno para cada día del mes. Aquí hay algunos pensamientos seleccionados del libro para ayudarte a hacer a la meditación más significativa en lo personal y más placentera. (Las palabras en negrita son del libro de Swamiji; los comentarios son míos.)

“El secreto de la meditación (pulsa aquí para ver el enlace en inglés) es sentarse erguido con la columna derecha; sintiendo que tu fuerza emana de tu columna y no de los músculos del cuerpo.” Los yoguis enseñan que la columna es la puerta de entrada hacia Dios: no las vértebras físicas, ni siquiera los nervios espinales, sino el canal de energía sutil, la “columna astral,” que fluye dentro de nosotros. Ser consciente de esta energía y canalizarla hacia arriba hacia el ojo espiritual llena todo nuestro ser con fuerza, vitalidad, y dicha.”

Practicar los ejercicios de energización del Maestro (pulsa aquí para ver el enlace en inglés) y algunas posturas de yoga (pulsa aquí para ver el enlace en inglés) antes de meditar nos ayuda a deshacernos de las “torceduras” en la columna física, para que podamos sentarnos erguidos, y sentir el flujo de energía sutil elevándose dentro de nosotros. La consciencia de esta energía es la clave para la consciencia de nuestra propia naturaleza espiritual innata.

“El secreto de la meditación es mantener tu cuerpo perfectamente quieto; liberándote gradualmente de la compulsión de moverte.” Antes de sentarte a meditar, asegúrate de tener un asiento cómodo, ya sea en una silla o en el suelo con las piernas cruzadas, para que no tengas que estar moviéndote para acomodarte. Una vez que estés sentado, comprométete a quedarte quieto e ignorar la inquietud del cuerpo. Trata de estar consciente de cómo te sientes cuando tu cuerpo está quieto, y lleva esta paz contigo durante todo el día.

Una vez que estés sentado, comprométete a quedarte quieto e ignorar la inquietud del cuerpo.

“El secreto de la meditación es entrar instantáneamente en el silencio interior, y no perder el tiempo preciado divagando mentalmente.” Una vez que el cuerpo está quieto, surge el mayor desafío de aquietar la mente. Si atrapas a la mente inmediatamente antes de que comience a divagar, te será más fácil concentrarte durante tu periodo de meditación. Al principio esto es difícil, pero cuanto más te familiarices con este estado mental elevado, más ansiosamente querrás regresar a él. Durante el día, intenta realizar todas tus actividades en este estado de quietud mental. Te sorprenderás de cuanto más puedes lograr.

“El secreto de la meditación es orar con profunda fe—no como un extraño al cielo, sino como alguien cuyo hogar verdadero y eterno es el cielo.” Este tal vez sea mi “secreto” favorito de todo el libro, y es donde comienza el verdadero arte de la meditación. Elige verte a ti mismo no como un mendigo no deseado llamando a las puertas cerradas del cielo, sino como un hijo o hija querido a quien Dios le da la bienvenida con amor a su verdadero hogar. Esta simple actitud puede marcar una gran diferencia en tu habilidad para relajarte en la meditación y sentir la presencia amorosa de Dios llamándote a tu interior.

“El secreto de la meditación es cantarle a Dios, en voz alta o en silencio, para despertar la devoción en el corazón.” Yoganandaji dijo, “Cantar es la mitad de la batalla.” A menos que despertemos el amor natural del corazón, la meditación puede convertirse en un proceso seco y mecánico. No te preocupes si no puedes tocar el armonio, o si no puedes cantar muy bien. Dios escucha a tu corazón, y si cantas con energía, devoción y alegría (pulsa aquí para ver el enlace en inglés), sentirás Su amorosa respuesta.

Comprométete firmemente a meditar regularmente, y no flaquees.

“El secreto de la meditación es irradiar bendiciones desde tu corazón hacia todo el mundo.” La quietud interior y la devoción nos ayudan a sentir nuestra conexión divina con todos. El deseo de enviar bendiciones desde tu corazón surge naturalmente a medida que profundizas en tu meditación. Cuando oras por los demás de esta manera, tu consciencia se expande naturalmente hasta que sientes el amor de Dios por toda la creación dentro de ti. Una persona en profunda comunión interior irradiando amor y bendiciones hace más bien al mundo del que podemos imaginar.

“El secreto de la meditación es ofrecerte completamente al Señor, sin reservar nada.” Una vez que comiences a sentir y a confiar en el amor de Dios por ti, cualquier sensación de autoprotección o reserva se disuelve. Comenzamos a pensar, “Todo lo que soy o tengo es Tuyo. Úsalo para Tu propósito divino.” Siente que Dios está recibiendo tu entrega y te une con Él. Al hacer esto, sentirás cada vez más que Dios se ha hecho cargo de tu vida, y está dirigiendo cada uno de tus pasos.

 “El secreto de la meditación es la constancia: ya que cuanto más medites, más querrás meditar, pero cuanto menos medites, menos atractiva encontrarás a la meditación.” Por último, comprométete firmemente a meditar regularmente, y no flaquees. Con el nuevo año, mucha gente hace resoluciones para la mejora personal: queremos dejar malos hábitos y fortalecer los buenos. La meta más importante que puedes ponerte para el año que viene es ser regular en tu meditación.

Usemos bien las herramientas espirituales que nos han dado para que seamos como artistas divinos, mostrando la belleza del amor y la dicha de Dios que irradia toda la creación.

En amista divina,

Nayaswami Devi

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