Mensaje en un arco iris

El Divino Romance

El equipo de jardinería de  la Ermita de Cristal acababa de instalar los pulverizadores para un largo parterre de lirios que adornaba un acogedor paseo. El sol estaba en lo alto del mediodía, haciendo que mi nuevo amigo, el arco iris en miniatura, fuera claramente visible para mí a lo largo de la línea de rociado.

¿Cuál era el mensaje de la Madre Divina para mí? Quería recordarme cómo buscar a Dios y cómo entender tanto la danza impersonal como la personal que conforman el Romance Divino.

El arco iris es hermoso y tiene un significado espiritual. Dios bendijo a Noé con un arco iris después del Diluvio Universal como pacto divino. Swami Kriyananda sentía afinidad por ellos. En ocasiones especiales, grandes arco iris se extienden por todo el cielo en el valle del río Yuba, en la Ermita de Cristal. Por supuesto, los arco iris son sencillamente elegantes, emanan belleza, luz e inteligencia divina.

Este arco iris captó mi atención a pesar de ser pequeño. Me impactó pensar en cómo se forma un arco iris. La luz se refracta a través del agua. El potencial de un arco iris existe literalmente en cualquier lugar donde se encuentren la luz y el agua, pero hace falta un testigo que esté en el lugar adecuado para percibirlo. El potencial luminoso tiene que despertar subjetivamente en el ojo del afortunado espectador.

La Luz Eterna de Dios

Dios es omnipresente en toda la creación. Su luz brilla eternamente a través de la Consciencia Crística en cada subpartícula del cosmos, al igual que el Sol proyecta incesantemente su luz sobre el planeta Tierra. Esta es Su realidad impersonal. Como Padre Celestial, Él es impersonalmente vasto, pero la Madre Divina es máxima y personal al atender las necesidades, pensamientos y sentimientos de cada alma individual.

El destino de cada alma es fundirse de nuevo en la Consciencia Cósmica, pero hasta que alcancemos ese estado supremo tenemos que experimentar la vida a través de la pequeña copa de nuestro ego. De vez en cuando tenemos un atisbo de la presencia de Dios a través del velo de la creación. Mientras tanto, ¿cómo ampliamos la copa de nuestra conciencia para recibir lo Divino?

Yogananda dio la siguiente analogía. Imagina a una persona que está atrapada en una habitación oscura durante mucho tiempo. Aunque su vista esté perfectamente bien, sufre de una ceguera condicional. Su salida no es golpear la oscuridad con un palo, sino abrir la puerta y dejar entrar la luz.

La ignorancia espiritual es una aflicción para el alma. Sufrimos cuando sentimos la ausencia de la luz y la alegría de Dios en nuestras vidas. La solución es siempre interior. Abrir el corazón con devoción y dirigir la energía y la consciencia hacia arriba, hacia el ojo espiritual. Puede que incluso se desarrolle un poco de intuición por el camino.

El yoga y el camino espiritual son un arte y una ciencia. El devoto que busca la plenitud interior aprende a equilibrar el sentimiento y la razón y a mantener tanto el corazón como la mente abiertos e inspirados.