Meditación para niños: el antídoto contra el tiempo frente a la pantalla

Por Gita:

Los niños de hoy en día son bombardeados con una cantidad abrumadora de medios de comunicación. El niño estadounidense medio consume algo más de dos horas de tiempo de pantalla cada día. Mis hijos también pasan tiempo frente a la pantalla. Soy práctica en mi idealismo y no soy una purista en este tema.

En los “viejos tiempos” los anuncios de televisión eran la némesis de la familia, transformando a los niños en representantes de ventas muy eficaces, que utilizaban tácticas desleales, especialmente el dramático gemido sobrehumano, para convencer a sus padres. La mejor defensa de los padres era apagar el televisor. Por desgracia, esta estrategia ya no es viable.

Ahora, los medios de comunicación están en todas partes: en el bolso, en el bolsillo y en el reposacabezas del coche. Según Common Sense Media, el 98% de los hogares estadounidenses con niños menores de ocho años tiene acceso a un dispositivo móvil inteligente, independientemente de sus ingresos.

Si nosotros, como padres, somos adictos, ¿cómo pueden nuestros hijos enfrentarse a la atracción del hipnótico resplandor azul y a la infinita variedad de entretenimientos absorbentes?

En una época en la que los medios de comunicación son tan omnipresentes y el número de niños con depresión y TDA/TDAH se dispara, es esencial proporcionar el antídoto contra la locura: la meditación.

La meditación es el antídoto contra el tiempo de pantalla por muchas razones. Cuando meditamos, utilizamos diferentes vías neuronales en el cerebro, lo que proporciona una experiencia completamente diferente. Podemos concentrarnos, desconectar los cinco sentidos y descubrir las experiencias más sutiles y edificantes que se encuentran en nuestro interior. El mundo interior es un tesoro de intuición, felicidad, paz y mucho más. Desgraciadamente, la sobreestimulación de esta cultura y esta época lo ahoga.

Es importante introducir la meditación con sensibilidad y sin apego a los resultados. Si quieres animar a tus hijos a meditar, lo peor que podemos hacer como padres es imponérselo. La mejor manera de despertar la curiosidad de tu hijo por la meditación es predicar con el ejemplo: entonces su interés se despertará de forma natural y podrás compartirlo con ellos con alegría.

Hay muchas técnicas de meditación adecuadas para los niños (y aquí tenemos otros recursos espirituales). Aquí tienes algunas de mis favoritas:

 

Meditación a la luz de las velas:

Ayuda a tu hijo a encender una vela y colócala frente a él (¡o ella! -tenía que elegir un pronombre). Invítale a sentarse recto con las piernas cruzadas. Pídele que mire la llama de la vela con los ojos abiertos durante al menos unos segundos o todo el tiempo que pueda sentarse tranquilamente. Después, invítale a que cierre los ojos y te diga si todavía puede ver la vela detrás de sus ojos cerrados. Escucha atentamente lo que describe. Repite el ejercicio, abriendo los ojos y observando la vela tranquilamente y luego cerrando los ojos y describiendo lo que ve con los ojos cerrados.

Puedes adaptar este ejercicio para niños más mayores pidiéndoles que se queden lo más quietos posible y observen el movimiento de la llama. Si estáis en una habitación quieta y ella se encuentra a menos de un metro de la llama, es probable que note cómo se agita cuando exhala. Poco a poco, aprenderá a controlar su respiración y a no perturbar la llama.

 

Meditación con sonidos de la naturaleza

Es una práctica estupenda para hacer al aire libre, en la naturaleza. La aprendí del mundialmente conocido educador de la naturaleza Joseph Cornell, fundador de Sharing Nature Worldwide y autor del libro clásico Compartir la Naturaleza. Si estás atrapado en casa, pruébala con una ventana abierta a ver qué pasa.

Para empezar, invite a su hijo a sentarse cómodamente y quedarse quieto. Pídale que cierre los ojos y levante una mano en un puño. A continuación, dígale que escuche atentamente los sonidos que le rodean. Cuando oiga un sonido, pídale que extienda un dedo para cada sonido. Cuando haya extendido los cinco dedos, pídele que abra los ojos y cuente lo que ha oído.

 

Meditación de la bola de nieve

Es muy divertida. Para esta práctica, necesitarás una bola de nieve o un tarro de cristal con tapa, lleno de agua y purpurina.

Empieza asegurándote de que tú y tu hijo estáis sentados cómodamente y erguidos. Explícale que la nieve o la purpurina son como tus pensamientos. Cuando están revueltos, no puedes ver a través del agua transparente. Cuando la nieve o la purpurina se asientan, al igual que tus pensamientos, puedes ver fácilmente de un lado a otro del agua.

Ahora, agita el tarro hasta que la purpurina o la nieve se agiten y coloca el tarro delante de tu hijo a la altura de los ojos. Para los niños más pequeños, invítales a contar en voz alta contigo el número de segundos que tarda la purpurina en asentarse. Con niños más mayores, puedes invitarles a contar cuántas respiraciones tarda el agua en aclararse.

2 comentarios

  1. Paola Delgado Vázquez

    Buenas, me pareció muy interesante la manera de introducir la meditación a los niños. Soy madre y maestra. Voy a utilizar estás técnicas con mis hijos y en clase. Muchas gracias 🙏🏼✨
    Me encantaría seguir formándome para poder transmitir este camino tan bello desde edades muy tempranas.
    Un saludo.

    • Ramón Polo Campillo

      Hola Paola, muchas gracias por tu comentario. Hay innumerables formas de introducir la meditación a los niños, el secreto es la creatividad y tener claros los principios de la meditación (y meditar, claro). Si te interesa seguir formándote, tenemos el curso online de Formación de Profesores de Meditación, donde aprenderás todo lo necesario para compartir la meditación, tanto para adultos como para los más pequeños: https://anandaespanol.org/cursos-ananda/formacion-para-profesores-de-meditacion/

      Un cordial saludo,
      Ramón
      Equipo de Ananda Español

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