Esperando lo Inesperado

Esperando lo Inesperado

30 de junio de 2023

El sendero spiritual a veces puede parecer como una lucha interminable por subir un acantilado escarpado, con poco que mostrar por nuestros esfuerzos a lo largo del camino. Pero la habilidad de encontrar la fuerza para continuar es lo que separa al devoto diletante del verdadero buscador. El compromiso profundo es el secreto para atraer la presencia de Dios a nuestra vida.

Hay una hermosa historia que cuenta Paramhansa Yogananda acerca de un hombre a quien sus médicos le dijeron que se estaba muriendo de diabetes, y que solo le quedaban tres meses. Él pensó, “Si me quedan solo tres meses en esta vida, déjame pasarlos buscando a Dios.”

Al principio, no podía meditar por más de quince minutos seguidos, pero gradualmente, a medida que perseveraba, pudo sentarse por periodos más largos cada día. Su oración durante sus meditaciones no era para ser curado, sino más bien, “Señor, ven a este templo roto.”

Pasaron tres meses, luego un año, y todavía estaba vivo. Continuando en oración (pulsa aquí para ver el enlace en inglés) intensa, ya meditaba dieciocho horas al día. Pasaron dos años más. De repente, una gran luz lleno su ser. El hombre ahora estaba absorto en éxtasis divino, y descubrió con asombro que su cuerpo estaba completamente curado.

“Señor,” oró, “No te pedí que me cures, solo que vengas mí.”

Dios respondió a su amado devoto, “Donde está Mi luz, allí no puede morar la oscuridad.”

El santo—porque se había convertido en uno—escribió en la arena con su dedo, “¡Y en este día el Señor vino a mi templo roto, y lo restauró!”

¿Cómo podemos encontrar tal compromiso para seguir adelante hasta que hayamos alcanzado nuestra meta espiritual?

Primero, no te permitas el lujo de decidir todos los días si vas a meditar o no. En su lugar, haz un firme compromiso interior de ser regular en tu práctica, y no lo cuestiones. Arma tu horario en torno a tus momentos de meditación, y deja que las otras obligaciones se acomoden a su alrededor.

Para esos momentos en que no puedes meditar (pulsa aquí para ver el enlace en inglés) tanto tiempo, establece una cantidad mínima de tiempo de la que no bajarás. Trata de establecer una rutina regular por la mañana y por la noche. La meditación dos veces al día es importante, porque mantiene tu consciencia en un flujo ascendente, comenzando y terminando cada día con el pensamiento de Dios.

También ayuda observar la vida de otros que han luchado en sus esfuerzos espirituales, pero que al final resultaron victoriosos. Porque no estás solo en esta batalla: todos los santos enfrentan tales desafíos.

Durante mi primer año en Ananda (pulsa aquí para ver el enlace en inglés), pasé por un periodo de desánimo y cuestioné si debería continuar en el sendero espiritual. En ese momento vivía aquí un anciano maravilloso que había sido discípulo del Maestro durante décadas. Fue nuestro mentor de jardinería y un gran amigo para muchos.

Un día, llena de desánimo y dudas, le pregunté con tristeza, “¿Por qué Dios lo hace tan difícil?”

Su respuesta ha tenido un gran impacto en mi: “Debe haber algún valor en el esfuerzo mismo.”

Llegué entender que es la perseverancia en la búsqueda de Dios lo que nos acerca a Él. Cuando vuelve el desánimo (y lo hace de vez en cuando) recuerdo que el simple intento tiene su propia recompensa espiritual.

Recuerda, también, que el Maestro dijo que, en cada meditación, deberíamos estar listos para hacer una “corrida hacia el Infinito.” Solo Dios sabe cuándo vendrá a nosotros. Y por eso debemos estar listos para Él en cualquier momento, incluso en medio de meditaciones mediocres y pensamientos inquietos.

Una de las declaraciones más conmovedoras de Yoganandaji es: “Recuerdo el día en que, por primera vez, sin esperarlo, detrás de las nubes de la monotonía de los hábitos meditativos rutinarios, la aurora de la dicha repentinamente estalló sobre mi consciencia. Superó todas mis expectativas. ¡Gozo indescriptible!”

¿Quién puede decir cuántas vidas atrás este gran avatar experimentó la “monotonía de los hábitos meditativos rutinarios”? ¿Quién puede imaginar cómo es la “aurora de la dicha” realmente? Sin embargo, sus palabras, llenas de promesa y esperanza, son faros de luz que nos guían hacia adelante cuando encontrar a Dios parece estar fuera de nuestro alcance. Esperemos ese momento inesperado…

Hasta que lleguemos al final del viaje,

Nayaswami Devi

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