ParamhansaYogananda — 100 Años
Centenario de Yogananda
18 de Septiembre de 2020
Después de más de un mes y medio en el mar, Ciudad de Esparta, el primer barco en partir de India luego de la Primera Guerra Mundial, arribó al Puerto de Boston. A bordo estaba un indio de veintisiete años de edad, Mukunda Lal Gosh. Para los oficiales de inmigración que estaban revisando la documentación ese día, él probablemente se veía más bien común y corriente: no muy alto o imponente, con solo U$S 500 en su bolsillo, y sin amigos en Estados Unidos.
Era un día agradable de otoño, cuando se dirigió a su habitación en el YMCA. Estaba tan poco familiarizado con las costumbres de Estados Unidos, que cuando comió por primera vez en un comedor autoservicio, tuvo que observar a los otros residentes para descubrir que ningún camarero iría a su mesa. Levantarse para buscar su propia comida de la fila del comedor fue una experiencia nueva para él.
Excepto por su discurso en el Congreso de Religiones Liberales acerca de “La Ciencia de la Religión” dos semanas después de su llegada, sus primeros meses en Estados Unidos también fueron relativamente sin nada especial considerando la historia de fondo. Esta era la gran alma que había sido elegida por Cristo y Babaji, entrenado en las prácticas y enseñanzas más elevadas del yoga, y destinado a ser el precursor de la nueva era de Dwapara Yuga.
ParamhansaYogananda [en el centro] en sus primeros años
dirigiéndose al Congreso de Religiones Liberales.
Como un tren cobrando impulso, su apariencia común y corriente comenzó a cambiar, y su destino comenzó a cobrar velocidad. Comenzaron allegar invitaciones esporádicas para dar charlas, y el tamaño de las audiencias continuó creciendo, hasta que, en pocos años, sería uno de los oradores más conocidos en todo el país. También comenzó a dar clases, a menudo una charla gratuita seguida de doce clases cubriendo muchos de las mismas técnicas básicas que Ananda continua enseñando cien años más tarde.
Esos primeros años estuvieron llenos de dificultades. “Experimenté problemas de toda clase y pasé periodos de extrema pobreza,” diría años más tarde. Pero sus giras a través del país se volvieron conocidas, y fue recibido con salones colmados de multitudes solo de pie. Para 1925 pudo adquirir un hogar permanente, Mt. Washington Estates en Los Ángeles.
Pero su popularidad era menos importante que su verdadera misión y su verdadero poder, que solo podían reconocer unos pocos. Él era un canal de la Divinidad. En encarnaciones previas había dejado de tener una voluntad individual guiada por el ego. Como dijo, “Maté a Yogananda hace tiempo. Nadie habita este templo corporal, sino Dios.” Fue su poder divino, sintonizado a la voluntad de Dios, el que estaba destinado a cambiar Occidente.
Su magnetismo atrajo discípulos sinceros, que hicieron posible difundir las enseñanzas de la antigua India a los santos potenciales en Estados Unidos que él había visto en una visión mientras estaba en India muchos años antes. Tal vez la cima de su misión llegó con la publicación de Autobiografía de un Yogui en 1946. Este libro ha llegado a muchos millones y ha cambiado incontables vidas, incluyendo la mía, y tal vez también la tuya, querido lector.
Este año es el Centenario de la llegada de Paramhnasa Yogananda a Occidente.
¿Qué podemos ver ahora, al mirar hacia atrás sobre el siglo que pasó desde que llegó Yogananda? Ahora, él es un nombre familiar, conocido virtualmente por todos los estudiantes de yoga. Millones meditan diariamente y practican las enseñanzas que él introdujo. No solo los especialistas médicos aceptan la meditación como buena, sino que también un estudio reciente de la Universidad de Harvard prueba que pueden lograrse rápidamente cambios positivos en el cerebro, dentro de las seis semanas de comenzar a meditar.
Lo que es más importante, millones de personas en todo el mundo han encontrado una nueva forma de conectarse personalmente con Dios a través de las enseñanzas de Yogananda y su sendero de Kriya Yoga. En los cien años desde su llegada a Boston (pulse aquí para ver el enlace en inglés), Yogananda ha generado una revolución que tendrá efectos que son, tal vez, tanto más amplios como más duraderos que la Revolución de Estados unidos de 1776. Él es verdaderamente el pionero que muestra el camino hacia la Nueva Era.
En profunda gratitud a mi Gurú,
Nayaswami Jyotish