Cuando Estalla la Burbuja

Cuando Estalla la Burbuja

3 de junio de 2022

Siempre me ha gustado el pasatiempo de hacer burbujas. Ya sea haciéndolo cuando era niña, o de adulta viendo a los niños deleitándose con él, ver las burbujas iridiscentes flotando por el aire nunca ha dejado de emocionarme. Incluso tuve un amigo que podía soplar burbujas de diferentes colores a pedido: mediante una técnica secreta, de su varita salían burbujas rosas, azules o amarillas.

El proceso básico es mágicamente simple. Sumerges tu varita en una solución jabonosa, soplas suavemente a través del agujero, y ¡voilà! Las esferas resplandecientes emergen y bailan ante tus ojos. Algunas burbujas solo duran unos segundos, otras salen en grupos, algunas se vuelven muy grandes, y otras, atrapadas por una ráfaga de viento, flotan hacia el cielo.

Paramhansa Yogananda utilizó imágenes de burbujas en varios de sus cantos y poemas. Uno de mis favoritos es “Hazme el Mar (pulsa aquí para ver el video en inglés)”:

Así lo haces, mi Señor—
Tú y yo, nunca separados;
Ola del mar,
¡Disuelta en el mar!
Yo soy la burbuja;
¡Hazme el mar!

Partiendo de las imágenes del Maestro, consideremos el viaje del alma en términos de la vida de una burbuja. Así como las creamos solo sumergiendo nuestra varita en una solución jabonosa y luego llenándolas con nuestro aliento, Dios crea nuestro cuerpo material a partir de Su propia consciencia iridiscente, y luego la anima con fuerza vital, o prana (pulsa aquí para ver el enlace en inglés).

Al igual que las burbujas, algunas almas permanecen en su forma corporal durante un corto periodo de tiempo; algunas emergen en grupos familiares o espirituales; algunas tienes un rol más importante que desempeñar; y algunas flotan alto en los cielos de la consciencia divina. Cualquiera que sea su viaje en particular, cada burbuja individual o alma al final debe fundirse nuevamente en el vasto océano del Espíritu del cual provino. Para los devotos, el deseo de estallar los confines de nuestra existencia terrenal y fundirnos nuevamente en el mar del Espíritu es una de las motivaciones más fuertes en el sendero espiritual.

¿Esta pérdida de una existencia separada será motivo de tristeza o arrepentimiento? ¡Para nada! Cuando nos volvemos uno con Dios, explicó Swami Kriyananda, “no es que perdemos toda identidad; más bien, expandimos nuestra identidad hasta el infinito. Al ser omniscientes, … retenemos el recuerdo de haber sido, cada uno de nosotros, un ego separado. De esta forma, explicó Yogananda, nada se pierde en el Infinito—ni siquiera el ego. Podemos revivir ese recuerdo de existencia individual otra vez, si alguna vez la voluntad Divina es que regresemos a la tierra para elevar y salvar otras almas errantes.”

Cuando los acontecimientos difíciles te agobien y te sientas desanimado o ansioso, recuerda que la pequeña burbuja de tu vida nunca está separada del gozo, de la paz y del amor infinitos de Dios. Eres una simple gota de una realidad mucho mayor: un océano infinito de dicha divina. El Maestro termina su magnífico poema “Samadhi (pulsa aquí para ver el enlace en inglés)” con estas palabras:

Se han ido para siempre las sombras irregulares, temblorosas, de la memoria mortal.
Inmaculado es mi cielo mental, debajo, delante y muy alto arriba.
La eternidad y yo, unidos en un mismo rayo.
Una diminuta burbuja de risa,
Yo me he convertido en el Mar del alborozo mismo.

Con alegría desbordante,

Nayaswami Devi

 

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