Cómo cultivar la ecuanimidad

por Nayaswami Diksha

“Ahora, mañana y siempre colocaré al Dios de la paz nacida de la meditación en los altares de mi silencio, de mis actividades, de mis emociones y de todas mis percepciones espirituales”. -Paramhansa Yogananda

Yogananda llamaba a la ecuanimidad la condición más importante para la felicidad.

Experimentamos las emociones en el corazón, ya que el corazón es el centro de nuestra naturaleza de sentimientos. Las emociones son sentimientos agitados que nos impiden experimentar nuestro verdadero yo y percibir la realidad tal y como es.

El primer paso para armonizar nuestras emociones es calmar la energía del corazón y llevarla hacia dentro, a nuestro centro en la columna vertebral.

Cómo manejar la energía emocional

Podemos utilizar la analogía de un árbol con su tronco, ramas y hojas. Cuando estamos tranquilos y centrados, nos

encontramos en el tronco del árbol, que simboliza la columna vertebral de la energía.

Cuando la energía se vuelve emocional, sale del tronco hacia las ramas y las hojas.

Sólo cuando nuestra energía está centrada en el tronco podemos ver la realidad con claridad, ya que todo proviene de un único tronco.

Cuanto más nos alejamos del tronco, hacia las ramas y las hojas, más todo parece muy complejo y perdemos de vista el tronco, y nos volvemos desarraigados y confusos.

Para armonizar las emociones, necesitamos atraer la energía emocional hacia nuestro interior y centrarnos en nosotros mismos. Tanto las emociones positivas como las negativas nos sacan de nuestro centro. Queremos estar dispuestos a aceptar las cosas como realmente son, no como las emociones las colorearían.

No queremos seguir montados en la montaña rusa de las emociones. Buscamos neutralizar la fluctuación constante de las emociones, los altibajos, y vivir en un estado de ecuanimidad y alegría en todo momento.

Sabemos que no es fácil. Es un proceso que dura toda la vida, pero podemos empezar a progresar viviendo más en nuestro centro, en la columna vertebral. No podemos cambiar la forma en que nos tratan los demás. En cambio, podemos tratarnos a nosotros mismos de forma diferente. Podemos aprender a transmutar nuestras emociones.

Cuando experimentes una emoción, entra en tu centro y eleva tu energía al ojo espiritual, el punto entre las cejas.

Al hacerlo, no sólo neutralizas la emoción, sino que utilizas su energía para profundizar tu conexión divina. Por lo tanto, armonizar las emociones significa centrarte en ti mismo y elevar la energía.

Un estudio de investigación sobre la ira

Hace años, un estudio de investigación exploró la diferencia entre la supresión, la expresión y la transmutación de la ira.

1.000 mujeres con problemas de ira se ofrecieron como voluntarias para participar en la investigación. Se las dividió en tres grupos. A un grupo se le pidió que reprimiera su ira cada vez que la sintiera.

Al segundo grupo se le pidió que expresara su ira cada vez que la sintiera y que no se contuviera en absoluto.

Al tercer grupo se le pidió que hiciera otra cosa con su enfado. Es decir, cada vez que se enfadaran, debían expresar esa energía de alguna forma no dañina. Tal vez practicar la respiración profunda o dar un paseo a paso ligero. Lo que les pareciera bien.

Al cabo de un año, se evaluó a los tres grupos. La investigación descubrió que el grupo de los que reprimían su ira enfermaba con más frecuencia que los otros grupos.

El segundo grupo, que expresaba la ira sin control, se enfadaba más, con más facilidad y más a menudo. Sólo el tercer grupo, que transmutó su ira y la expresó de forma beneficiosa, fue capaz de controlar sus emociones y enfadarse menos.

Una persona tiene que estar abierta y receptiva al cambio, ser capaz de liberar las emociones negativas y estar dispuesta a poner la energía necesaria para hacer cambios positivos. El miedo, la ira, la culpa, el resentimiento y el juicio son barreras que nos impiden ser felices y ver la realidad tal como es.

2 comentarios

  1. Cómo se eleva la energía al ojo espiritual?

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