Lo que Nos Mantiene Avanzando Hacia Dios

Lo que Nos Mantiene Avanzando Hacia Dios

26 de enero de 2024

“La cosecha es en verdad abundante, pero los trabajadores pocos.”

La explicación tradicional de estas palabras de Jesucristo es que está instando a sus discípulos a salir y convertir a la gente a sus enseñanzas. Paramhansa Yogananda interpretó las palabras de Cristo de una manera diferente: Cristo estaba hablando de la “cosecha” interior de la consciencia divina, que poca gente realmente busca.  

¿Por qué solo unos pocos? La mayoría de la gente no está interesada en un mundo más allá de los sentidos. Incluso entre aquellos que están buscando realidades más elevadas, muchos se sienten abrumados por el compromiso y esfuerzo que implica el camino espiritual. Entonces, ¿cuáles son algunas de las cosas que pueden ayudarnos a seguir “trabajando el campo” hasta que podamos recoger la cosecha de la realización de Dios?

Esperanza

Dentro de cada uno de nosotros hay una semilla de esperanza de que realmente podemos alcanzar nuestras metas espirituales. Aunque el suelo de nuestra consciencia a veces puede parecer estéril y seco, si nutrimos esta semilla, puede mantenernos avanzando.

El Maestro dijo, “Recuerdo el día en que por primera vez, inesperadamente, detrás de las nubes de la monotonía de los hábitos rutinarios de meditación, la aurora de la dicha estalló repentinamente en mi consciencia. Superó todas mis expectativas. ¡Gozo indescriptible!

¡Qué tranquilizador pensar que el Maestro, en alguna lejana vida pasada, luchó por mantenerse motivado! Nosotros, también, debemos mantener viva la chispa de esperanza de que alcanzaremos nuestra meta.

Recuerdo

“¿Vienes?” por Nayaswami Jyotish.

Patanjali, (pulsa aquí para ver el enlace en inglés), la antigua autoridad en yoga, describió al despertar espiritual como smriti, que significa “recuerdo.” Puede que lleguen momentos en los que experimentemos un nivel superior de consciencia que de alguna manera parece familiar. Tal vez sea un recuerdo de cuando nuestra alma estaba en el mundo astral, o quizás un estado superior de consciencia que tuvimos alguna vez. Cualquiera que sea la fuente de este recuerdo, debemos utilizarlo como punto de referencia en nuestro camino espiritual.

Un amigo compartió una historia real sobre de una familia cuya madre recientemente había dado a luz a su segundo hijo. El hermano mayor, que tenía unos cuatro años, estaba celoso de este nuevo “intruso” que le estaba quitando la atención de sus padres.

El niño mayor le preguntó a su madre si podía quedarse a solas con el nuevo bebé. Sin estar segura de lo que el niño tenía en mente, la madre accedió, pero se quedó escuchando fuera de la puerta de la habitación. De pie junto a la cuna donde yacía su hermanito, el niño susurró, “Estoy empezando a olvidar cómo es Dios. ¿Puedes ayudarme a recordar?”

Aférrate a cualquier recuerdo que puedas tener de la presencia de Dios, y deja que te guíe hacia adelante.

La Promesa

Encontrar un verdadero gurú es, en sí misma, la mayor bendición en nuestro viaje hacia la autorrealización del Ser. Inherente a la relación gurú-discípulo está la promesa de que él o ella nos llevará a Dios. El Maestro dijo, “Para aquellos que estén sintonizados hasta el final, yo, o alguno de los otros maestros, estaremos allí para conducirlos al reino divino.” Tal como hizo el Maestro con su gurú, Sri Yukteswar, debemos hacer que cumpla su promesa de llevarnos a Dios. Nuestra parte es estar sintonizados.

Gracia

Luego está la gracia del gurú, que transforma nuestra consciencia y nos libera de la red de nuestro karma. Swami Kriyananda escribe en El Nuevo Sendero (pulsa aquí para ver el enlace en inglés) acerca de sus primeros días con el Maestro: “Todas las noches cantaba la traducción del Maestro de una canción del gran santo bengalí, Ram Proshad: ‘¿Llegará ese día cuando diciendo, “¡Madre! ¡Madre!” mis ojos se llenen de lágrimas?’ Poco a poco me encontré transformándome interiormente. Comencé a sentir que tenía un motivo para felicitarme cuando un día me enteré de que el Maestro había estado hablando con un grupo de monjes en Encinitas. Durante el transcurso de la conversación comentó amorosamente: ‘¡Miren cómo he cambiado a Walter [Swamiji]!’”

Incluso el deseo de conocer a Dios es una manifestación de Su gracia. Un santo dijo una vez que nuestro trabajo es izar las velas de nuestro bote, pero Dios el es viento que nos lleva a través del océano del engaño.

Por eso, amigos, los trabajadores pueden ser pocos, pero contémonos entre ellos. Sigamos adelante hasta que, con la gracia de Dios, recojamos la cosecha de la dicha, la cual, como escribió el Maestro, es “dichosa más allá de las expectativas de la imaginación.”

Tu amiga en Dios,

Nayaswami Devi

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