La Naturaleza Dual del Amor Divino

La Naturaleza Dual del Amor Divino

11 de Agosto de 2023

Hace algunos años, Jyotish y yo llegamos a la comunidad de Ananda cerca de Asís, Italia (pulsa aquí para ver el enlace en inglés), donde entonces residía Swami Kriyananda. Hacía muchos meses que no lo veíamos, y ansiábamos pasar un rato relajado con él para disfrutar de las bendiciones de su compañía.

Sin embargo, para mi gran decepción, era evidente que Swamiji estaba muy ocupado escribiendo un nuevo libro y enseñando muchos programas. Mi corazón se hundió cuando me di cuenta de que mi sueño de pasar tiempo personal con él probablemente no iba a suceder en ese viaje.

Sin embargo, mi decepción resultó ser una oportunidad para una lección espiritual importante. Al darse cuenta de mi decepción, Swamiji se tomó el tiempo para darme este consejo: “Nadie es especial para mí, Devi. Ni Siqueira yo soy especial para mí mismo.”

¿Estaba diciendo que era frío, distante, y que estaba demasiado ocupado para preocuparse por las necesidades emocionales de los demás? Para nada. De hecho, todo lo contrario: en segundo lugar, luego de su anhelo de unión con Dios, estaba su compasión y deseo de ayudar espiritualmente a los demás. Incluso mientras decía estas palabras, sentí un gran amor fluyendo de él.

El amor divino es impersonal, porque tiene raíces universales más que individuales. Y también es personal, porque nos toca a cada uno de nosotros de manera única según nuestra propia naturaleza. Esto es lo que Swamiji estaba tratando de transmitirme al ver mi decepción: para sentir el amor de Dios por nosotros necesitamos abrirnos a una realidad mayor.

En el capítulo de Autobiografía de un Yogui en el cual el Maestro encuentra a su gurú, Sri Yukteswar, encontramos una demostración notable de este tipo de amor impersonal/personal. Aunque nunca se habían encontrado en esa vida, el Maestro reconoció inmediatamente a su gurú y cayó a sus pies.

“¡Querido mío, has venido a mí!” Sri Yukteswar repetía una y otra vez. “¡Cuántos años te he esperado!”

Después de algún tiempo en elocuente silencio, Sri Yukteswar dijo, “Te doy mi amor incondicional.” El Maestro continúa escribiendo, “¡Preciosas palabras! Transcurrió un cuarto de siglo antes de que yo tuviera otra prueba audible de su amor. Sus labios eran extraños a la pasión; el silencio se acomodaba a su corazón oceánico.”

Sri Yukteswar le dijo a su nuevo discípulo: “El amor ordinario es egoísta, enraizado oscuramente en los deseos y satisfacciones. El amor divino no pone condiciones, ni límites, ni cambia. La inestabilidad del corazón humano desaparece para siempre cuando el amor puro nos toca, nos atraviesa.”

¿Cómo nos sintonizamos con es amor eterno e incondicional? Primero, debemos encontrarlo en meditación mientras aquietamos el tumulto emocional del corazón y de los pensamientos inquietos de la mente. En la tranquilidad del corazón y de la mente, el amor de Dios se hace sentir lentamente dentro y alrededor de nosotros.

También es importante pensar no en cuánto amor estás recibiendo, sino en cuánto amor estás dando. Yogananda dijo que el canal es bendecido por lo que fluye a través de él. Al esforzarnos por ser un canal del amor divino hacia los demás, nosotros, a su vez, nos llenamos de sus bendiciones.

En sus años con el Maestro en Mt. Washington, Swamiji solía orar, “Enséñame a amarte como tú me amas.” Un día, el Maestro lo miró penetrantemente y dijo, “¿Cómo puede la pequeña copa pretender contener todo el océano del amor?” En otras palabras, para sentir verdaderamente la vastedad del amor divino, necesitamos expandir los límites de nuestro corazón para abrazar la naturaleza infinita de Dios.

Así que el amor divino es tanto personal como impersonal, porque toca nuestra naturaleza única del alma, mientras que al mismo tiempo existe más allá de nuestra individualidad. El Maestro captura esta naturaleza dual en forma hermosa en su descripción de la santa Ananda Moyi Ma: “Hacía que uno se sintiera el más cercano y querido de los amigos, pero a su alrededor había siempre un aura de lejanía, el paradójico aislamiento de la Omnipresencia.”

Hay un dicho maravilloso que dice que en cada corazón humano hay un agujero con la forma de Dios. Por mucho que intentemos llenarlo con otras expresiones de amor, permanece vacío hasta que lo llenamos con la presencia de Dios. Solo entonces encontramos la realización que buscamos.

Con amorosa amista en Dios,

Nayaswami Devi

P.D.: Cuando leas esto, estaremos otra vez en Ananda Asís, del 10 de agosto al 18 de septiembre. Después de eso, ¡nos iremos a India! Estaremos en contacto.

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