Ascendiendo La Escalera Espiral que Conduce a Dios

Por Nayaswami Jyotish

25 de septiembre 2014

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Nayaswamis Jyotish y Devi en la casa de la infancia de P. Yogananda,Calcuta.

Recientemente se celebró una iniciación en Kriya Yoga en la casa de la infancia de Paramhansa Yogananda en el4 de Garpar Road en Calcuta. Este sitio se ha hecho santo, no sólo por los muchos años que el Maestro vivió aquí, sino también a causa exclusiva de los eventos sagrados que tuvieron lugar allí. Fue aquí donde Babaji apareció y bendijo a Yoganandaji antes de partir a su misión en los Estados Unidos. Algunos años antes, la Madre Divina había aparecido en su pequeña sala de meditación, y con ternura le dijo, Siempre te he amado, siempre te amaré.

Fue en esta sala que Devi y yo nos preparamos para la Iniciación. Durante mi meditación la pregunta vino espontáneamente a mi mente: “Maestro, ¿estuve contigo en una vida anterior?” Inmediatamente llegó un rotundo Sí”, pero sin detalles de tiempo o lugar.

Toma muchas vidas adquirir el buen karma de ser el devoto sincero de un gran gurú. El pasado noviembre , en Bangalore, India, tuvimos una lectura Nadhi, que es similar a la lectura Brighu  sobre la cual Swami Kriyananda ha escrito. Nos quedamos fascinados mientras el experto en sánscrito traducía las palabras escritas en las antiguas hojas del papiro. Su voz suave dio detalles intrincados de nuestra salud, la familia, tendencias mentales y acontecimientos de la vida. Su exactitud dio crédito a muchas afirmaciones imposible de verificar sobre nuestro pasado y futuro.

Sin ningún conocimiento previo de quiénes eramos, el experto nos dijo que habíamos estado juntos en muchas vidas como discípulos de tres grandes almas: Babaji, Paramhansa Yogananda y Swami Kriyananda. Creo que muchos de nosotros en nuestra familia de Ananda hemos vivido juntos antes. La auto-realización, o incluso su búsqueda, no es el producto de unas cuantas vidas miserables. A medida que la naturaleza de nuestra alma se profundiza poco a poco, somos atraidos una y otra vez a esos amigos que comparten nuestra búsqueda, nuestras vidas se entrelazan en patrones intrincados.

Yogananda comienza su hermoso poema ¡Dios! ¡Dios! ¡Dios! con estas palabras:

Desde las profundidades del sueño,
Mientras asciendo la escalera espiralada del despertar,
Susurro:
¡Dios! ¡Dios! ¡Dios!

Este versículo habla tanto del despertar de nuestro sueño nocturno y, más importante aún, del lento emerger del sueño de la vida. Los sueños de maya están llenos de innumerables dramas impulsados ​​por el ego. Pero la libertad se presenta a medida que poco a poco subimos la espiralada escalera (la columna) que conduce a nuestro hogar eterno. Estamos cerca, muy cerca, cuando nuestro corazón susurra constantemente, “¡Dios! ¡Dios! ¡Dios!

En la luz del Maestro,
Nayaswami Jyotish

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