2 de Octubre, 2014
Un día, cuando Swami Kriyananda era un monje joven, estaba sentado en silencio a los pies de su gurú, Paramhansa Yogananda. Lleno de devoción por su maestro, Swamiji en silencio oró: “Enséñame a amarte como tú me amas.”
Cuando Yoganandaji se puso de pie para salir de la habitación, miró profundamente a Swamiji y dijo en respuesta a su oración silenciosa, “¿Cómo puede una pequeña taza contener todo el océano?”
Su significado era claro: El océano del amor de Dios es infinito, pero hasta que nuestro corazón no se expanda, sólo seremos capaces de dar y recibir una pequeña porción de ese amor.
Recientemente tuvimos la bendición de visitar la casa de la infancia de Yoganandaji en Calcuta. En el pequeño ático, el Maestro solía pasar horas en profunda meditación y comunión con Dios. De hecho, en una foto de esta sala que fue tomada más tarde, él escribió, “Mi ático; la habitación donde encontré a Dios.”
Meditando allí, sentí la presencia del Maestro muy real que me invitaba a abrir el corazón más plenamente para recibir sus bendiciones. Estaba intentando hacerlo, sin embargo, me di cuenta de que no sabía cómo y empecé a orar, “Muéstrame cómo aumentar el tamaño de la taza de mi corazón para que Tú lo puedas llenar con tu amor.”
Estas son algunas ideas que han venido a mí en respuesta a mi oración:
-En primer lugar, invita a Dios a compartir contigo cada experiencia de tu vida – lo agradable y lo doloroso. Piensa en él como que está muy cerca de ti, y hazle saber que estás agradecido por todo lo que sucede durante el día, porque sabes que viene de Él, a quien amas y en quien confías.
-A continuación, siente el amor de Dios fluyendo a través de ti hacia todos los que conoces. Swami Kriyananda fue un gran ejemplo, para él, toda la gente que conocía eran amigos divinos, y nadie era un extraño.
En este momento Jyotish, Dhyana y yo estamos pasando unos días en un hermoso hotel en Delhi, el Leela Palace, regalo de unos amigos. Swami Kriyananda también se alojó aquí unos días en 2011 y 2012. Durante nuestra estancia, el personal del hotel nos pregunta por Swamiji, recordaban la mesa donde se sentaba, y lo amable que era. A pesar de que estuvo aquí hace dos y tres años y su estancia fue breve, Swamiji dejó una profunda impresión en el personal debido a su habilidad para canalizar el amor de Dios y compartirlo con todo el mundo.
-Por último, y más importante, para ampliar la capacidad de tu corazón, llama al gurú y pide su ayuda. Recientemente me encontré con este pasaje de la Autobiografía de Un Yogui, en el que el Maestro está hablando de su gurú, Swami Sri Yukteswar: “Nos mirábamos el uno al otro a los ojos, donde las lágrimas brillaban. Una ola de felicidad me envolvió; Yo era consciente de que el Señor, en la forma de mi gurú, estaba expandiendo los pequeños ardores de mi corazón hacia la incompresible expansión del amor cósmico.”
Este es el último regalo de Dios y Gurú – abrir nuestro corazón para contener todo el océano del Amor Divino.
Con las bendiciones de Dios y Gurú,
Nayaswami Devi
