Por Nayaswami Pushpa
El sentido del humor es un atributo necesario en este mundo de cambios y desafíos. El humor puede aliviar la tensión mental, emocional y física. Es como un paraguas en un día lluvioso. No detiene la lluvia, pero proporciona cobijo siempre que decidamos utilizarlo.
En su autobiografía El nuevo camino, Swami escribió que el Maestro tenía un sentido del humor pícaro y absolutamente encantador. El propio Swami también tenía un maravilloso sentido del humor que empleó en varias canciones que escribió. Una de ellas se incluye en este blog: “El filósofo y el barquero”. También nos leía a veces los cuentos del humorista británico P.G. Wodehouse. Le hacían tanta gracia que a menudo estallaba en profundas carcajadas y no podíamos evitar unirnos a él. Era precioso.
El buen humor nunca es sarcástico, excesivamente familiar o frívolo. Es amable y solidario, y nos acerca los unos a los otros. Los Directores Espirituales de Ananda, Nayaswami Jyotish y Nayaswami Devi, son ejemplos maravillosos en la forma en que comparten este tipo de humor. Tienen una agenda increíblemente ocupada viajando por todo el mundo para compartir estas enseñanzas. Utilizan el humor para animar, apoyar y divertirse, tanto juntos como con los devotos que encuentran por el camino. Utilizan el humor en sus charlas para compartir importantes principios espirituales de una forma fácil de asimilar y atractiva.
El humor es una parte integral de la vida para el devoto en la Villa de Ananda. Es una herramienta que expande el corazón y aporta alegría y risas a las amistades espirituales. Los amigos se ríen juntos de los desafíos encontrados en el camino espiritual, haciendo luz de las adversidades y los fracasos, y animándose unos a otros a seguir adelante y creciendo. El humor es una herramienta que nos ayuda a liberarnos del control que el ego ejerce sobre nosotros.
Tenemos que ser capaces de reírnos de nosotros mismos. Tomar distancia y mirar nuestra vida con objetividad. Es mejor no tomarnos demasiado en serio a nosotros mismos, sino recordar que Dios es el hacedor y que le hemos invitado a estar con nosotros y a reírse con nosotros mientras recorremos juntos el camino, a veces con bastante tropiezos.
