Fuera del Tiempo
28 de enero de 2022
En el blog de la semana pasada, Jyotish habló sobre algunas de las ideas que recibió durante su reclusión. Hoy me gustaría compartir con ustedes también algunas que recibí durante este tiempo (o más exactamente, este “tiempo fuera.”)
Tan pronto como cerré la puerta y entré en la Casa de Huéspedes del Crystal Hermitage (pulsa aquí para ver el enlace en inglés), donde pasé mi reclusión, me invadió una sensación encantadora. Por lo general, cuando lidiamos con la vida diaria, sentimos que nuestro tiempo se divide en muchas unidades separadas, cada una con sus propias demandas. Está el momento de levantarse, de hacer el desayuno, de ir al trabajo, de tener reuniones, de responder emails, de recoger a los niños, y así sigue… Y a medida que terminamos cada día exhaustos, parece que nunca tenemos tiempo suficiente para hacer todo—simplemente nos “quedamos sin tiempo.”
Estaba “fuera” del tiempo y simplemente podía descansar en el momento presente.
Pero sabiendo que no tenía compromisos durante una semana, cuando comencé mi reclusión tuve la maravillosa sensación de que había salido “fuera del tiempo” en un sentido diferente de las palabras: estaba “fuera” del tiempo y simplemente podía descansar en el momento presente. Es sorprendente lo rica que fue esta experiencia.
La traducción literal de la palabra sánscrita “maya (pulsa aquí para ver el enlace en inglés),” o la ilusión cósmica, es “el medidor.” Es el poder que aparentemente rompe la Unidad Cósmica en partes separadas, creando divisiones y limitaciones. Atrapados en la red de maya, medimos los minutos, las horas, los meses, y los años, y rara vez tenemos la oportunidad de tomar distancia para experimentar el tiempo de una manera diferente: como el Eterno Ahora.
En su poema “Samadhi,” el Maestro escribe: “Presente, pasado, futuro, ya no más para mí, /Sino el siempre presente yo fluyendo en todas partes.” Cuando salimos “fuera del tiempo” y aflojamos el control de maya, podemos experimentarnos a nosotros mismos como una parte de una gran unidad con toda la vida.
Prueba este experimento. Cuando te despiertas en la mañana y cuando te vayas a dormir por la noche, descansa en el pensamiento de la atemporalidad. Tu verdadera realidad no es lo que haces o lo que has hecho, a dónde vas o irás, sino que es eterna e inmóvil. Observa como se ralentiza tu respiración, y disfruta esta sensación expansiva de “yo fluyendo en todas partes.”
Durante la reclusión, también trabajé en meditaciones más largas y profundas. Para ayudar con esto, comencé a leer el librito de inspiraciones diarias de Swami Kriyananda, Secretos de la Meditación (pulsa aquí para ver el enlace en inglés). El primer “secreto” resultó extremadamente útil: “El secreto de la meditación es abandonar los apegos externos y afirmar la libertar divina interior.”
Swamiji eligió bien sus palabras aquí: no dijo “renunciar” o “negar” los apegos externos, sino “abandonarlos.” El significado sutil aquí es entregar nuestros apegos como una ofrenda a Dios para que los custodie. Él velará por todas las personas, planes y posesiones en nuestra vida, y ellos estarán esperándonos cuando terminemos nuestra meditación. Pero durante un breve periodo, podemos ponerlos “fuera de la mente” y descansar en el bienestar y libertad del Ser interior.
De hecho, disfrutarás todo aún más cuando rompas las ataduras del apego, porque en realidad nada es nuestro. El Maestro expresó este pensamiento maravillosamente en su poema “Son Tuyos.”
No tengo nada que ofrecerte,
Porque todas las cosas son Tuyas.
No me entristezco por no poder dar;
Porque nada es mío, porque nada es mío.
Aquí pongo a Tus pies
Mi vida, mis miembros, mis pensamientos y palabras;
Porque son Tuyos, porque son Tuyos.
Entonces, aquí hay dos ideas de mi reclusión que pueden ayudarte en tu viaje espiritual: ponte “fuera del tiempo” y pon las cosas “fuera de la mente.” Ha sido revitalizante e inspirador integrar estas actitudes en mi vida diaria. ¿Por qué no probarlas y ver por ti mismo si tú, también, experimentas más gozo y libertad interior?
Con pensamientos amorosos,
Nayaswami Devi
