¡Feliz Cumpleaños, Swamiji!

¡Feliz Cumpleaños, Swamiji!

19 de mayo de 2023

Mientras escribo este blog, faltan unos pocos días para el aniversario del nacimiento de Swami Kriyananda, el 19 de mayo de 1926. Para honrar su vida, sentí que debía escribirle una carta personal de agradecimiento (que también estoy compartiendo con ustedes).

Querido Swamiji,

Es difícil creer que han pasado diez años desde que dejaste tu cuerpo, porque tu presencia en nuestras vidas no ha hecho más que aumentar con el tiempo. Mi gratitud por quién eres, y por los dones espirituales que nos diste también ha crecido.

Desde el principio, cuando llegué a Ananda en 1969 y tuve el privilegio de conocerte, vi como tratabas a todos con respeto, fueran jóvenes o viejos, sabios o tontos. Viste el potencial más elevado dentro de cada persona, un potencial que a menudo eludió nuestra conciencia limitada en ese momento. Más importante aún, nos guiaste e inspiraste para realizar ese potencial.

Recuerdo la vez en 1979 cuando diste un programa de fin de semana a casi mil personas en el Palacio de Bellas Artes de San Francisco. Estaba programado para que dieras una charla final el domingo por la mañana; el sábado por la noche, nos preguntaste a Jyotish y a mí si también podíamos hablar. Jyotish ya había estado enseñando durante varios años, pero yo era nueva en eso, y la idea de hablar ante una gran multitud me aterrorizaba.  Sin embargo, confiaba que no nos pedirías nada que no tuviéramos en nosotros para hacer.

El domingo por la mañana, me senté nerviosamente en la primera fila esperando que nos llamaras al escenario para hablar. A pesar de mis intentos de organizar mis pensamientos, mi mente daba vueltas. Las únicas palabras que se repetían eran, “No puedes hacerlo. No puedes hacerlo.”

Finalmente, llegó el momento de la verdad, y cuando nos pediste que subiéramos, sucedió algo milagroso que marcó el rumbo de mi vida. Literalmente sentí tu mano acercándose a mí mentalmente, asegurándome que estarías conmigo y que me guiarías a lo largo de la charla. Y así fue. Ese fue el comienzo de mi carrera docente, y ahora, casi cuarenta años después, todavía siento tu presencia guía conmigo cada vez que comparto con los demás.

También nos ayudaste a encontrar la fuerza interior y el coraje para enfrentar las pruebas que nos trajo la vida. Los ejemplos de tu calma y tu fe inquebrantable—durante los grandes desafíos financieros de Ananda, la fuerte oposición de las autoridades locales, y un incendio forestal devastador, por mencionar solo algunos—sirvieron como faros de valentía, permitiéndonos enfrentar positivamente cualquier cosa que se interpusiera en nuestro camino.

¿Recuerdas las primeras palabras que me dijiste cuando me viste después del incendio forestal que nos había dejado sin hogar con un bebé de once días? Sin darme un momento para dudar, dijiste con fuerza, “¿Cómo estás, Devi? ¿Bien? Eso es bueno.” Luego te alejaste rápidamente, pero me dejaste con una fortaleza interior que me ayudó a manejar los días difíciles que se avecinaban.

Semanas más tarde nos escribiste una nota que todavía conservo en mi cajita de tesoros. ¿La recuerdas? Escribiste, “Me conmovió tanto el espíritu de todos… Es admirable, y ciertamente complace a Dios. Creo que fluirán muchas bendiciones de esto, y de esta experiencia difícil. Me entristeció particularmente, Devi, que se te diera esa prueba tan pronto luego de tener a tu bebé. Pero entonces, lo que Dios nos da, nosotros lo tomamos. Él tiene Su propio programa para nuestro crecimiento espiritual. Si nos ponemos en Sus manos sin reservas, Él nos prueba abundantemente cuan inagotable es Su amor por nosotros.”

Finalmente, quiero agradecerte por el doble objetivo que aceptaste en 1948 al leer la Autobiografía de un Yogui (pulsa aquí para ver el enlace en inglés) del Maestro por primera vez. A partir de ese momento dedicaste tu vida a buscar a Dios y a compartirlo con los demás. Si no hubiese sido por tu firme compromiso, sé con certeza que nunca me habría embarcado en el sendero espiritual en esta vida. Y creo que tampoco lo habrían hecho los incontables miles de personas que se inspiraron y continúan inspirándose en ti.

Entonces, mi querido Swamiji, en cualquier reino celestial en el que estes residiendo ahora, por favor acepta mi amor y gratitud eternos. Nos diste una vida en Dios, y la hiciste divertida y entretenida también. Hasta que nos volvamos a encontrar, seré para siempre tu seguidora agradecida, tu estudiante devota, tu amada hija en Dios.

devi

Comentarios cerrados.