¿Dónde Encontramos el Amor?
17 de noviembre de 2023
El año pasado, cuando visitábamos la Comunidad de Ananda en Asís (pulsa aquí para ver el enlace en inglés), escuchamos una historia asombrosa. Una amiga nuestra, con la que estábamos alojados, nos contó que tenía un perro querido que había fallecido recientemente a la edad de quince años. Su corazón todavía estaba afligido por la pérdida de su querido amigo y compañero.
Una noche lluviosa, mientras estábamos allí, escuchamos un quejido y un rasguño fuera de su casa junto a la pila de abono. Cuando nuestra amiga salió con una linterna para ver qué estaba pasando, vio a un pequeño perro hambriento y herido que había quedado atrapado en el cerco de alambre. Acercándose a él para ayudarlo, asustó a la criatura abandonada, que se soltó y huyó hacia el camino.
Nuestra amiga se subió a su auto con la esperanza de encontrarlo, aunque la noche era oscura y lluviosa. Finalmente ella lo vio y se detuvo al costado del camino, pero con cada paso que deba hacia él, él retrocedía más. Finalmente, desesperada, oró a su amado perro que había fallecido, “Por favor deja que este pequeño confíe en mí.”
Casi milagrosamente, el pequeño inmediatamente se giró y corrió hacia ella. Mirándola con ojos suplicantes, le permitió recogerlo y llevarlo a casa.
Cuando llegaron a la casa, lo alimentó con la comida para perros que le había sobrado de su mascota anterior. Ella se sorprendió al ver que comió tres veces más de lo normal. A partir de entonces, se negó a perderla de vista. Un año después, cuando regresamos, vimos un pequeño Beagle regordete, energético y feliz con un pelaje elegante. Estaba completamente dedicado a nuestra amiga quien lo había colmado de comida, buena atención y amor.
¡Qué misteriosos son los caminos de Dios! ¿Rezarle a un perro para que la ayude?
El amor es más que un simple sentimiento humano. Como nos dicen los grandes santos, el amor de Dios es el tejido mismo del que está hecha toda la creación. En una de las hermosas canciones de Swami Kriyananda, “¿Qué Es el Amor? (pulsa aquí para ver el video en inglés),” dice:
¿Qué es el amor? ¿Es solo nuestro?
¿O el amor susurra en las flores?
Seguramente nosotros, hijos de este mundo,
No podríamos amar por nuestras propias fuerzas.
Hace muchos años antes de llegar a Ananda y tomar el camino del Maestro, tuve una experiencia interesante que me tomó algún tiempo comprender completamente. Sucedió durante mi último semestre en la universidad, cuando justo había comenzado a leer Autobiografía de un Yogui (pulsa aquí para ver el enlace en inglés). Una tarde soleada de primavera, estaba sentada en un sillón en la sala del departamento que compartía con varios amigos. No había nadie más en casa, por lo que el lugar estaba tranquilo y en silencio.
Mientras miraba por la ventana la luz del sol sobre los árboles, caí en una especie de ensueño. Comencé a pensar en lo afortunada que era de estar rodeada de una familia y amigos amorosos. Empecé a visualizar a cada uno de ellos—padres, hermano, primos, tíos, tías, maestros, y buenos amigos—y a sentir el amor que me habían dado.
A medida que la imagen de cada persona se desvanecía en la siguiente, mi consciencia se expandía cada vez más y se calmaba, hasta que lo único que podía sentir era que estaba bañada en luz y amor. Como dije, me tomó tiempo comprender que había sido Dios amándome a través de todas esas formas.
En una maravillosa carta de Swami Kriyananda (pulsa aquí para ver el enlace en inglés) a un devoto, él escribió: “Si sentimos el amor de Dios en el amor de alguien por nosotros, eso está bien y es bueno. Recuerdo una vez en India diciéndole a la santa Ananda Moyi Ma, cuánto la amábamos yo y otros en Estados Unidos. Su respuesta fue, ‘No hay más amor que el amor de Dios’… En última instancia lo único importante que puedes hacer en la vida es amar a Dios. El único hecho que realmente importa en la vida es que Dios te ama… La solución a nuestras preocupaciones es el amor, y más amor—amor divino, no amor egoico… Como dice la Biblia, ‘El amor perfecto expulsa al temor.’”
Ante un mundo turbulento, recordemos que el amor de Dios por nosotros—de hecho, simplemente el amor de Dios—es lo único importante, la única realidad. Ya sea que se exprese a través del amor de otra persona, a través de una mascota, o a través de una situación desafiante, mira detrás de la superficie, y ve al amor de Dios. Deja que sature tu corazón, y luego compártelo con todos.
Entonces, ¿dónde encontramos el amor? Si tenemos ojos para ver, en todas partes.
Hacia el Uno en todo,
Nayaswami Devi