Por Paramhansa Yogananda
De Cristo solamente se habla en las festividades sociales de Navidad, pero se lo ve y se le siente como un Realidad eterna y siempre gozoso en la cuna del Éxtasis Divino.
Prepárate para celebrar una autentica Navidad, como sugiero humildemente a continuación:
- Prepara tu corazón para que puedas decir a los que te crucifican cada día con malas acciones, palabras e ingratitudes y cámbialo por el bien que les das: “Padre, enséñame a amar a aquellos hermanos míos heridos por el error, que no saben lo que quieren, para que con mi amor pueda persuadirlos a mejores formas de vida y no hacerlos más fuertes en el mal empujándolos hacia a él con crueldad “.
- Haz de tu corazón un altar del amor de Cristo, que está en todas las razas, amándolos a todos por igual. Amen a todas las razas como la morada uniforme del Cristo omnipresente.
- Perdona a todos tus enemigos reales e imaginarios, así como Cristo perdonó a sus adversarios.
- Decídete a amar a Cristo como el gozo de la meditación profunda, y así celebrar la segunda venida de Cristo y una Navidad espiritual, diaria dentro de ti.
- Da a conocer al Cristo desconocido dentro de ti al verlo nacer por segunda vez como el gozo siempre nuevo y cada vez mayor de tu meditación diaria profunda.
- Gobierna todas las acciones de tu vida con la honestidad y la valentía de Jesucristo.
- Supera las tentaciones de los sentidos que producen dolor mediante el dominio propio de Jesucristo y desarrollando el gusto por todas las cosas buenas. Renuncia a los placeres temporales de los sentidos y busca la verdadera, y duradera, felicidad del alma.
- Contempla el gozo omnipresente de Cristo en todos los hombres, en todos los santos, en todas las criaturas, en el Cosmos poblado de estrellas y en el templo de tus propios pensamientos.
- Recuerda que, aunque Cristo nació una vez, aún puede nacer de nuevo cada Navidad, o en cualquier otro momento, en tu consciencia despierta por la meditación.
- Da bien por mal, la comprensión por los malentendidos, la bondad por la crueldad, la paz por la inquietud, la calma por la inquietud y la Bienaventuranza duradera por el placer de los sentidos.
- Contempla al Cristo omnipresente y siempre vivo nacido de nuevo en tu devota atención.
- Todo lo que hagas, hazlo con el pensamiento y la paz de Cristo. Esta Navidad contempla a Cristo nacido de nuevo en la belleza de la Naturaleza, en tu sabiduría despierta, en todo lo que se viste de verdadera belleza y en todo el que se satura con la fragancia de las cualidades de Cristo.
- Intercambia regalos espirituales compartiendo tus excelentes buenas cualidades con otros que las necesiten y recibiendo las ennoblecedoras cualidades del alma de aquellos que son grandes y que te aman por tu propio bien.
- Intercambia regalos con el pensamiento de Cristo y el pensamiento de darle a Él el regalo de tu corazón y recibir el regalo de Sí mismo en el árbol de Navidad de tu tranquila consciencia, ricamente decorado y resplandeciente con las cualidades del alma de todos los que has conocido y amado.
A través del portal de tu meditación, deja que tu gozo encarcelado escape y descanse en el corazón de Cristo, que está en todo. Deja que tu alegría baile en los planetas más lejanos, sobre la inmensidad del azul y en las olas más cercanas de tu amor. Entonces contemplarás a Cristo acunado en todo lo manifestado.