Ingravidez

Ingravidez

13 de mayo de 2022

Un amigo que es arquitecto e ingeniero hizo un comentario divertido acerca de Ananda que me ha quedado grabado. Dijo, “Nosotros los ingenieros estudiamos los efectos de la gravedad. Necesitamos saber cómo evitar que las estructuras colapsen. Pero en Ananda es todo lo contrario: estudian los efectos de la ingravidez.”

La ingravidez, en este sentido, es muy distinta a la definición normal de humor o frivolidad. En su sentido más profundo, la ingravidez es el flujo de energía hacia la dicha de la naturaleza de nuestra a alma. La ingravidez incluso puede convertirse en levitación si el flujo es lo suficientemente fuerte. Como escribió Swami Kriyananda en Demystifying Patanjali (pulsa aquí para ver el enlace en inglés), Sutra 3-40, “Al dominar udana—la corriente dentro de la columna profunda que eleva la Kundalini a través de sushumna hacia el cerebro—uno gana el poder de levitación, y de abandonar el cuerpo a voluntad.”

Pocos de nosotros necesitamos preocuparnos por la levitación todavía, pero todos deberíamos practicar la ingravidez. ¿Cómo podemos entrar en esa dicha nosotros mismos? Teniendo en cuenta que el flujo de energía tiene que elevarse y ser expansivo, pensé que sería divertido compartir cómo Swami Kriyananda entraba en esa dicha. Dado que el 19 de mayo es el aniversario de su cumpleaños, comencemos por ahí.

Un arcoíris aparece en Seattle, en el aniversario del moksha de Swami Kriyananda en abril pasado.

Swamiji (pulsa aquí para ver el enlace en inglés) se sentía atraído tanto por el refinamiento como por la dicha en muchas formas. Una de ellas era la buena comida. A menudo invitaba a un pequeño grupo de amigos a desayunar en su cumpleaños. Muchas veces el desayuno consistía en “comidas divertidas”: panqueques, una maravillosa ensalada de frutas, jugo fresco, y té o café. Sin embargo, lo que recuerdo principalmente es la amistad, las risas y las historias encantadoras. Más tarde ese día él podía hacer un encuentro de la comunidad en los jardines alrededor de su casa.  De nuevo, risas y alegría: los chillidos de los niños jugando en la piscina, el aroma de la comida cocinándose en una parrilla, el murmullo de pequeños grupos de personas conversando. Siempre había música involucrada, y a menudo una obra de teatro o una sátira. Ocasionalmente Swami leía una historia de su humorista favorito, P. G. Wodehouse, a veces riéndose tanto que apenas podía terminar una oración. Una cosa asombrosa es que la Madre Divina casi siempre asistía a estos eventos vestida en forma de arcoíris. En más de una ocasión apareció un arcoíris en un cielo casi despejado en lo que es llamado una “gloria.”

Swami se concentraba en todo lo que hacía—tenía que ser enérgico y estar concentrado para poder producir tantos libros, canciones y charlas. Pero algunos de nuestros recuerdos más encantadores son de los viajes de celebración (pulsa aquí para ver el enlace en inglés) que él hacía luego de terminar un gran proyecto. A menudo lo acompañábamos con un pequeño grupo a Carmel-by-the-Sea, un hermoso pueblo costero de California que comenzó como una colonia de artistas.

Carmel es muy refinado, lo más cerca que Swami pudo estar al sentimiento europeo de su juventud. Luego de meditar solíamos pasear por las calles visitando pequeñas tiendas, o galerías de arte, 0 “Conway of Asia,” una tienda especializada en antigüedades asiáticas e indias. No nos interesaba tanto comprar cosas sino disfrutar el ambiente refinado. Lo más destacado de los días era el almuerzo o la cena en uno de los restaurantes maravillosos de Carmel.

El punto principal aquí es qué, a pesar de su intensa agenda, Swamiji siempre se hizo tiempo para el disfrute edificante—para la ingravidez. Y, como era su naturaleza, le gustaba compartir su dicha con los demás. Haríamos bien en tomar esto como modelo para nuestras propias vidas. Reserva tiempo para los amigos, para buenas comidas, para la risa y el canto. Todo es parte de la vida de un yogui.

“Dicha siempre nueva y siempre en expansión” es la meta final del sendero espiritual. Sería una lástima esperar, pasar toda la vida empujados hacia abajo por la gravedad de los problemas y los eventos mundiales. Busquemos formas de practicar la ingravidez. Swamiji lo hizo.

En gozo,

Nayaswami Jyotish

 

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