Cinco Días en La Zona Sin Tiempo

15 de Octubre 2015

“No llegaremos nunca a terminar todo este trabajo para el final de la semana,” me lamenté a Jyotish. En 1982 Suami Kriyananda nos había pedido enseñar el Entrenamiento para Profesores de Yoga, que en aquel entonces se llevaba a cabo en el Retiro de Meditación. Debido a que tendríamos que estar disponibles para los estudiantes, nos dimos cuenta de que era necesario mudarnos al Retiro, ubicado a 9 kilómetros de distancia de nuestra casa en Ananda Village.

Después de mirar las pocas casas disponibles que podrían funcionar para nosotros y nuestro hijo de ocho años de edad, se decidió que la mejor opción sería renovar el domo (casa en forma de cúpula) donde vivió Suamiji. Esta casa no había sido utilizada regularmente durante varios años después de que Suamiji se trasladara a su residencia en la comunidad, el Crystal Hermitage, y se encontraba en grave necesidad de la restauración.

Nos dimos cuenta con gran asombro y gratitud que todo el proyecto se llevó a cabo.

Nos dimos cuenta con gran asombro y gratitud que todo el proyecto se llevó a cabo.

Teníamos cinco días para hacer los cambios que pudieramos, dejándonos tan solo unos días libres para prepararnos para el curso de tres meses que estaba a punto de comenzar. Teníamos muy poco tiempo de hecho.

Jyotish tenía cierta experiencia en construir domos, y evaluó lo que debíamos hacer: “En primer lugar, vamos a necesitar limpiar el interior y retirar todos los triángulos de espuma de poliestireno que forman las paredes interiores. Después, tendremos que aislar y cortar nuevos triángulos de placas de yeso (unos 60 triángulos equiláteros de aproximadamente 30 cm de cada lado). Estos tendrán que ser ajustados y clavados para formar pentágonos y hexágonos, y todas las uniones tienen que ser selladas. El siguiente paso es revocar y dar textura al interior para crear una superficie unificada. Finalmente, después de que se seque. podremos pintarla.”

De allí mi lamento: ¿En cinco días? ¿Con sólo nosotros dos para hacer todo el trabajo?

Aún así, creamos un programa del proyecto con metas diarias y comenzamos a trabajar en la mañana del lunes. Al mediodía, cuando nos tomamos un descanso para meditar, nos fijamos en lo que se había logrado y vimos que habíamos completado alrededor de una décima parte de nuestro objetivo del día. Retomamos el trabajo después de la comida, no teníamos muchas esperanzas de terminar, pero lo único que podíamos hacer era seguir adelante.

Entonces sucedió algo extraordinario. Continuamos trabajando de la misma manera sin ayuda adicional, pero de alguna forma entramos en un flujo diferente. El trabajo parecía realizarse sin esfuerzo, no en un ritmo normal de tiempo, sino en una zona “atemporal”. Para las seis de la tarde, habíamos completado la meta de la jornada.

Lo mismo sucedió al día siguiente: sólo una pequeña fracción del trabajo se había hecho hasta el mediodía, pero al final del día se terminó. De este modo, llegamos al viernes por la tarde y nos dimos cuenta con asombro y gratitud que todo el proyecto se había realizado. ¡Y era hermoso!

Las palabras de Krishna en el Bhagavad Gita vinieron a mi mente: “A quienes me honran, hago buenas sus deficiencias y permanente sus ganancias.”

Sea cual sea nuestro objetivo – ya sea la renovación de una casa o lograr la liberación – si lo hacemos paso a paso con el pensamiento de Dios, y no nos preocupamos por la enormidad de la tarea que tenemos ante nosotros, lo que parece imposible puede suceder.

Con gratitud de corazón,

Nayasuami Devi

La familia Novak

La familia Novak

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