Unidad en la Diversidad

15 de Junio de 2017

Estoy escribiendo esto en mi computadora portátil desde el aeropuerto de Seattle, mientras esperamos para volar de regreso a California después de un fin de semana de programas en Seattle. Los aeropuertos son grandes niveladores,  Devi y yo lo sabemos, hacemos fila para más de veinticinco vuelos cada año. Uno ve gente de todo el mundo: piel oscura y piel clara, gorros de beisbol y turbantes, familias y amigos conversando en inglés, italiano, hindi, e idiomas que ni siquiera podemos reconocer. Todo es una maravillosa diversidad, pero mientras estamos en el aeropuerto todos somos solo compañeros pasajeros. Y también es así en este pequeño planeta volando a través del espacio: todos somos solo compañeros viajeros. Si podemos ver la unidad detrás de la diversidad, podemos ser todos amigos. Todos podemos ser familia. Todos podemos hablar el mismo idioma del corazón.

 

En todos lados, la gente buena desea ver un mundo unido.

 

 

Uno de nuestros programas en Seattle incluyó a un rabino Judío, a un imán Musulmán, y a un ministro Cristiano. Al final de nuestras charlas el rabí dirigió una oración en hebreo, el imán cantó versos del Corán, y el cristiano ofreció invocaciones bíblicas—todos para la paz mundial. Muchos de los presentes tenían lágrimas en sus ojos, porque en todos lados la gente buena desea ver un mundo unido honrando la búsqueda, compartida por todos, de la vida, la libertad, y la persecución de la felicidad.

En este punto de transición en la historia estamos viendo una gran batalla de consciencia, entre aquellos que quieren imponer sus pequeñas visiones de una tierra dividida, y aquellos que desean un mundo unido. No es un momento para ser pasivo. Aquellos que quieren paz y armonía deben irradiar luz: a través de la oración y meditación, con la amistad a los desconocidos, con una mano ofrecida a los menos afortunados.

Al haber vivido tantos años con Swami Kriyananda, vi el poder la amistad ofrecida incluso cuando nadie la esperaba.  Una vez estábamos en Nueva York, donde Swamiji estaba hablando en una gran reunión de personas orientadas a la espiritualidad. El primer Walkman de Sony ya estaba disponible, y Swami visitó un local dos veces para comprar un par de estos innovadores dispositivos para que la gente pudiese escuchar su música en el puesto de Ananda. El actuó hacia el propietario como lo hizo siempre, de una forma amistosa y positiva, y yo no pensé mucho sobre de esto. Pero cuando nos estábamos yendo, lo visitamos una vez más para decir adiós al comerciante que nos había ayudado. Para nuestro asombro, el hombre comenzó a llorar y pidió una foto de Swami. Dijo que sintió que estaba perdiendo a su amigo más cercano.

El mundo nos devuelve lo que le damos. La vida se vuelve mucho más dulce cuando emanamos amistad, paz, y armonía. Si queremos ver a la humanidad verdaderamente reflejando la imagen de Dios, entonces actuemos como representantes divinos, convirtiéndonos en los pies, las manos, el corazón, y la mente del Amigo Infinito. Solo cuando vemos a todos como hermanos o hermanas, como un hijo de nuestro mismo Padre/Madre, veremos finalmente verdadera paz y armonía.

Como escribió Paramhansa Yogananda en Susurros de la Eternidad, “Enséñanos, Padre, a derretir los congelados límites imaginarios de familia, sociedad, e identidad nacional con la calidez de nuestro amor y comprensión.”

En unidad (desde 9100 metros),

Nayaswami Jyotish

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