Una Vida en la Tierra

Una Vida en la Tierra

 16 de Octubre de 2020

 Rara vez recomiendo películas, pero vimos una nueva la semana pasada que no solo es interesante, sino también importante para el futuro de la humanidad. Se llama Una Vida en Nuestro Planeta, de David Attenbourgh (pulse aquí para ver el enlace en inglés), y está disponible en Netflix. Él nació en 1926, menos de dos semanas antes que Swami Kriyananda, y tiene 93 años. En la película, Attenbourgh habla acerca de los cambios en la tierra que ha visto durante su vida. Él ha sido explorador, naturista y cineasta para la BBC durante toda su vida. Algunas de sus obras premiadas incluyen Planeta Tierra, El Planeta Azul (pulse aquí para ver el enlace en inglés), y otras series que abren ante sus espectadores las maravillas de la naturaleza. La fotografía de sus películas es magnífica, y hacia el final de cada episodio él nos ofrece un amable recordatorio de que la especie humana está dañando los ecosistemas del planeta.

En Una Vida en Nuestro Planeta (pulse aquí para ver el enlace en inglés), sus avisos ya nos son sutiles, sino urgentes. Él monitorea los tres factores que se han empeorado durante su vida: la población, el carbono atmosférico, y el porcentaje de tierra que aún está salvaje. Devi y yo salimos ambos emocionados y conmovidos, habiendo visto una de las llamadas a despertar más poderosas que hemos experimentado. Attenborough deja bien en claro que si no hacemos algunos cambios drásticos en la forma en que tratamos a este planeta, lo haremos inhabitable.

Estos temas no son solo ambientales. La forma en la que tratamos al mundo natural muestra actitudes profundamente asentadas, que también son expresadas en cómo nos relacionamos con la vida en general. Está reflejado en si incluimos o ignoramos el bienestar de los demás en nuestras decisiones, especialmente los vulnerables y marginados. Estas actitudes son la base muchos de los problemas políticos y sociales que estamos enfrentando actualmente.

Este es un asunto profundamente espiritual. Sentir nuestra conexión con los animales y la naturaleza profundiza nuestra conexión con Dios, que se ha convertido en todas las cosas. Debemos recordar que todos y todo—incluso una roca—está consciente, y es una parte única de la Divinidad. Si nos mantenemos apartados o, incluso peor, explotamos el planeta, nos separamos a nosotros mismos de Dios y nos enredamos más en el engaño.

Swami Kriyananda era muy sensible a estos asuntos. En un punto sugirió que cada uno de nosotros eligiésemos un aspecto particular de la naturaleza y nos conectásemos más profundamente con él. Para algunos pueden ser las aves, para otros los ríos, o montañas, o árboles. Él incluso escribió una canción maravillosa en una armonía de seis partes llamada “Canales (pulse aquí para escuchar la canción en inglés)” la cual es un placer cantar en grupo.

Paramhansa Yogananda, también, escribió y habló extensamente acerca de la necesidad de sentir nuestra unidad con la naturaleza, nos instó a que viésemos a Dios escondiéndose detrás de sus muchas formas. El inspirador canto “Oh Dios Hermoso (pulse aquí para ver el enlace en inglés)” (el cuál cantó durante casi dos horas con una multitud de miles de personas en el Carnegie Hall) es un hermoso ejemplo: “Oh Dios Hermoso: en el bosque Tú eres verde; en la montaña Tú eres alto; en el río Tú eres inquieto; en el océano Tú eres profundo. Para el servicial Tú eres servicio; para el amante Tú eres amor; para el afligido Tú eres compasión; para el yogui Tú eres dicha.”

Para cerrar, los insto a que vean esta película fundamental, y que hagan su parte al hacer los cambios necesarios. Las vidas de las águilas y elefantes, de las chinches de agua y ballenas, de las rosas y secuoyas todas dependen para su perpetuación del amor de la especie humana. Tal vez sea más cercano a nosotros que nuestros hijos y nietos van a florecer o perecer dependiendo de si cada uno de nosotros hace o no nuestra parte.

En la luz de Dios,

Nayaswami Jyotish

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