Una Obra de Luz y Sombras

“El Maestro solía llevar a algunos de nosotros al cine, de vez en cuando, para alejarse de todas las demandas de sus actividades”, una vez, un discípulo directo de Paramhansa Yogananda, nos contó: “Y, en el medio de las partes más emocionantes, nos tocaba en el hombro, apuntaba arriba hacia el haz de luz procedente de la cabina de proyección, y decía:” ‘Todo esto es sólo un juego de luces y sombras.’ “

Una vez tuvimos una experiencia similar con Swami Kriyananda cuando fuimos a ver la película “Carros de Fuego”, una película basada en la vida de los atletas británicos que compitieron en los Juegos Olímpicos de 1924.

El clímax dramático de la película llega cuando uno de los atletas está corriendo su última carrera en los juegos. Había estado entrenando duro durante varios años, y ya había perdido dos de las carreras en las que compitió. Ahora había llegado su última oportunidad de ganar la medalla de oro.

Al comenzar la carrera, la película entra en cámara lenta; todas las expresiones de la cara del corredor se acentúan; la música llega a un crescendo; y entonces… Swamiji nos dio un golpecito en el hombro y dijo alegremente: “Es difícil desapegarse en un momento como este.”

Nos sorprendió como si nos despertaran de un sueño, dándose cuenta de que habíamos estado totalmente absortos en el drama. Los Maestros y guías espirituales nos recuerdan ver más allá de las experiencias de nuestra vida para percibir la realidad de Dios detrás de todo.

En la Autobiografía de un Yogui, Yoganandaji habla de una experiencia inusual que tuvo, en la cual comprendió esta verdad.

Durante la Primera Guerra Mundial, el Maestro había ido a un ver un noticiero cinematográfico de los campos de batalla europeos. Al salir de la sala de cine, su corazón se sintió perturbado, y oró: “Señor, ¿por qué permites tanto sufrimiento?”

"La creación es tanto luz como sombras, de lo contrario, la imagen no es posible."

“La creación es tanto luz como sombras, de lo contrario, la imagen no es posible.”

Para su sorpresa, la respuesta llegó en la forma de una visión real de la carnicería que la guerra estaba causando, y que fue mucho peor que lo que se había representado en el noticiero. Entonces una voz divina le habló: “La creación es tanto la luz como la sombra, de lo contrario no es posible la imagen. El bien y el mal de maya se deben alternar en supremacía. Si la alegría fuera incesante en este mundo, ¿buscaría el hombre algo más?”

Yoganandaji continúa escribiendo: “Los propios valores son modificados profundamente cuando uno finalmente se convence de que la creación es sólo una gran imagen en movimiento, y que su propia realidad no está en, sino más allá de ella.”

Recordemos que en medio de las tragedias y comedias de la vida, siempre podemos levantar nuestros ojos hacia el haz de luz divina del cual todos nuestros dramas son proyecciones insustanciales.

Que todos despertemos en la Luz de Dios,
Nayaswami Devi

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