Un Círculo Global de Amor

Un Círculo Global de Amor

18 de noviembre de 2022

Este es un momento especial para Jyotish y para mí. Ayer tuvimos nuestro último satsang público en Mumbai (pulsa aquí para ver el video en inglés) después de casi cuatro meses de estar viajando, enseñando y compartiendo amor con amigos en Asís e India. Para cuando lean esto, estaremos regresando a Ananda Village (pulsa aquí para ver el enlace en inglés).

Este viaje nos ha cambiado la vida, en muchos sentidos. Al ver las olas de devoción a Yoganandaji que se extienden por todo el mundo, nos dimos cuenta de lo bendecidos que hemos sido al formar parte de esta gran obra iniciada por Swami Kriyananda hace más de cincuenta años.

Jyotish y Devi en la comunidad de Ananda en Asís.

Miles de nuevos estudiantes están estudiando las lecciones del Maestro en forma presencial y online, y miles más están tomando el discipulado y la iniciación en Kriya Yoga. Sin embargo, lo que más nos conmovió fue ver el amor divino hacia los demás que ofrecen los devotos de Ananda en todo el mundo. Aquí hay tres historias que escuchamos durante nuestros viajes.

La primera nos la contó Mahiya, uno de los líderes de Ananda en Asís (pulsa aquí para ver el enlace en italiano). Tuvo lugar en Terre di Luce (Tierras de Luz), sus hermosos jardines orgánicos:

Este verano, Satya, un amigo Kriyaban, vino a ayudarnos en la cocina. Trajo a sus padres con él: Adamo, de noventa y dos años, y Eleonora, de ochenta.

Mientras Satya hacía su servicio en la cocina, ellos se sentaban en los sofás y simplemente se quedaban allí. A menudo la gente se sentaba con ellos, conversando y expresando amabilidad. Satya no les había contado nada acerca de este sendero, y no tenían idea de qué era Ananda.

Eleonora tiene demencia, pero Adamo era plenamente consciente de todo. ¡Le encantaba estar aquí, y quería participar en todo! Cuando Satya trató dejarlos en la casa cercana que había alquilado, Adamo no quiso saber nada—¡quería estar en Terre di Luce!

Todas las tardes después del almuerzo tenemos un círculo de canto antes de comenzar nuestro servicio. Solemos cantar al Gurú o a la Madre Divina en sánscrito. A Adamo no le importaba el hecho de que todo estuviese en un idioma extraño—¡nunca se perdió el círculo de canto! Luego de un círculo dijo, “Este lugar es un paraíso. Quiero quedarme aquí para siempre. Aquí son todos amigos, y todos se aman y respetan. No puedes encontrar eso en el mundo.”

Dos semanas después de que Satya y sus padres regresaran a Roma, Adamo abandonó su cuerpo. Tuvimos una Ceremonia de Ascensión Astral (pulsa aquí para ver el enlace en inglés) para él en la cual todos compartieron profundamente cuanto amaba Ananda esta hermosa alma. Todos sentimos que su deseo de “querer quedarse en Ananda para siempre,” o en la presencia de los Maestros que sintió aquí, se había hecho realidad: ahora él estaba en el mundo astral en las manos amorosas de nuestros Maestros.

Estos es lo que Terre di Luce es para mí y porque me encanta estar aquí. Lo veo como un lugar en el cual la gente viene y experimenta amor y amistad que los transforman.

Las historias de bondad y compasión de nuestros viajes en India son demasiado numerosas para contar (compartiré algunas más en el comentario grabado), pero otras dos historias se destacan especialmente. India se vio muy afectada por la pandemia, con muchas muertes y suministros inadecuados de medicamentos, oxígeno y camas de hospital. Los líderes de nuestros centros nos contaron que a menudo realizaban de ocho a diez Ceremonias de Ascensión Astral por semana para los miembros o sus seres queridos que habían fallecido.

Dos Kriyabanes amigos nuestros, la Dra. Mansi y el Dr. Amar, compartieron historias de cuando sirvieron juntos en la sala de Covid en un hospital en Pune. Son un matrimonio, con dos hijas adolescentes y sus padres que viven con ellos. A pesar de estas responsabilidades, sirvieron durante meses, a menudo con solo unas pocas horas de sueño por la noche.

Cuando el hospital comenzó a llenarse de pacientes con Covid que ocupaban todas las camas y se desparramaban por los pasillos, el Dr. Amar sintió algunas dudas acerca de trabajar tan cerca de gente infectada. Pensó, “No quiero contagiarme la enfermedad y llevársela a casa a mi familia.” Como respuesta, escuchó una voz interior que le decía, “¿Dudarías en ayudar a tus propios hijos? ¡Estas personas son todos tus hijos!”

Con esta guía divina, sirvió de todo corazón durante la pandemia. Tanto él como la Dra. Mansi contrajeron Covid, pero sus hijos padres nunca se infectaron.

Más adelante en la pandemia, cuando las muertes comenzaron a abrumar incluso a los crematorios, la Dra. Mansi estaba exhausta y chocó con un muro emocional. Un día en particular vio muchas muertes no solo de ancianos, sino también de jóvenes que eran el único sostén de sus familias. Regresó a su casa por la noche exhausta y con el corazón apesadumbrado. Mientras cerraba los ojos por unos minutos, tuvo un sueño extraordinario.

En él, aparecía el Maestro vestido con una túnica de color blanco plateado, moviéndose de aquí para allá atendiendo a los pacientes. Se volvió hacia ella y le dijo, “La enfermedad es causada por el mal karma provocado por los pensamientos negativos de la gente. No podemos detener la enfermedad, pero debemos mantenernos muy ocupados tratando de ayudar a todos.”

Entonces Mansi comenzó a moldear bolas de barro en bebés. Cuando los sostenía eran niños vivos; cuando los dejaba volvían a ser barro otra vez. “¿No lo ves?” dijo el Maestro. “Cuando la Madre Divina los toca, cobran vida. De lo contrario, están muertos. No te aflijas, hija mía.” Después de este sueño, Mansi pudo continuar con su servicio.

Entonces, mis amigos, en estas historias pueden ver la belleza de vivir para Dios y servirlo en los demás. Nuestras vidas han cambiado al ser testigos de tal entrega.

Con amista divina,

Nayaswami Devi

 

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