8 de Noviembre de 2018
“El Maestro quiere que des el sermón en su lugar en el templo de San Diego este fin de semana… Él también quiere que después de eso des una Iniciación en Kriya Yoga.” Estas palabras le fueron transmitidas a Swami Kriyananda (entonces James Donald Walters) después de que había estado con su gurú, Paramhansa Yogananda, por solo unos pocos meses.
Su reacción fue tanto de incredulidad como de shock. “Pero,” le balbuceó al monje que transmitía las instrucciones de su gurú, “todos allí esperan que el Maestro dé el sermón luego de su ausencia por más de tres meses. Además, solo tengo veintidós años, nunca he hablado en público, y solo he estado en una Iniciación en Kriya.”
“Bueno,” respondió el hermano monje, “él quiere que vayas. Aquí tienes algo de dinero para el autobús. Sería mejor que partas inmediatamente.”
El aterrado joven “Walter” de hecho tomó el siguiente autobús, y ese día fue un inspirador representante de su gurú. Así comenzó la vida de Swami Kriyananda como maestro espiritual, una vida que abarcó los siguientes sesenta y cinco años, y llevó las enseñanzas de Yoganandaji a millones alrededor del mundo.
Más allá de lo que significó en la propia vida de Swamiji, este incidente también contiene una lección para todos nosotros. Kriyananda hizo lo que se le pidió, aunque el pedido de su gurú parecía bastante más allá de su nivel de experiencia o de su autodefinición en ese momento. Al hacerlo, él trascendió al ego contractivo que traza una línea en la arena y dice, “Esto es lo que soy, y esto es lo que puedo hacer.” Una mejor actitud que puede tener un discípulo es, “No voy a limitar quien soy, o de lo que soy realmente capaz de hacer.” Esto deja más lugar para el crecimiento espiritual.
Yoganandaji no definió cuidadosamente lo que quería que Swamiji dijese en el sermón, o cómo debía dar la iniciación, sino que más bien le dio poder y lo guió desde el interior. Es un hecho que hemos visto repetirse muchas veces en la historia de Ananda.
Nitai, quien había sido maestro de escuela antes de llegar a la comunidad, una vez le comentó a Swamiji, “Están comenzando a mudarse a Ananda muchas familias con hijos. Realmente necesitamos una escuela aquí para servirlos.”
“Tienes razón,” respondió Kriyananda. “¿Puedes comenzar una basada en los principios del Maestro para la educación?”
“Pero,” dijo Nitai con algo de desconcierto, “nunca he visto estos principios, y nunca he creado una escuela.”
“Bueno, lee lo que puedas encontrar, y hazlo lo mejor que puedas,” fue la respuesta de Swamiji.
Nitai con niños de la escuela primaria. Conoce más sobre Educación para la Vida en edforlife.org.
Nitai hizo lo que se le pidió, y durante los siguientes diez años ayudó a crear un sistema de educación innovador que reflejaba los métodos de Yogananda de entrenamiento para los niños en todos los niveles, cuerpo, mente y espíritu. Solo después de que la escuela estuvo bien establecida, Swami Kriyananda escribió su libro, Education for Life (pulse aquí para ver el enlace en inglés). En él, creó un manual para las escuelas de “Living Wisdom Schools de Ananda (pulse aquí para ver el enlace en inglés),” en el que describe con más detalle la teoría y la práctica sobre las cuales están basadas esa escuela y otras que serían fundadas años después. (Para cursos en linea, en español, pulse aqui)
Los verdaderos guías espirituales como Yoganandaji, y luego, en su momento, Kriyanandaji, cuando asignan una tarea a alguien, no especifican en detalle que quieren que se haga, ni dirigen de cerca cada acción. Ellos tienen la sabiduría para saber que el entendimiento, el crecimiento y la sintonía llegan cuando un devoto se sintoniza a sí mismo con una guía superior.
Recuerda este principio cuando alguien que respetes, o tu propio Ser superior te pida enfrentar un desafío que parezca más allá de tu capacidad, o auto concepción actual. Si dudas de tu habilidad para realizar la tarea, cree que Dios puede hacerlo a través de ti. Simplemente con intentarlo, podemos convertirnos en canales para la consciencia divina, y de esta manera movernos hacia una mayor libertad y auto consciencia.
Con gozo al hacer,
Nayaswami Devi
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