Madre, RevelaTe

03 de diciembre 2015

¡Qué día tan increíble! Seis de nosotros estábamos en Pench Tiger Reserve con Satya Prakash, un amigo y gurubai, y un alto funcionario del Servicio Forestal en la India. Él es uno de los principales expertos en el mundo en la preservación de los tigres. India está liderando en este campo y está ayudando a unos dieciocho países que tienen tigres y que aún viven en estado salvaje. La preservación de los tigres realmente tiene mucho que ver con la protección de los ecosistemas, porque los tigres actúan como un paraguas. Cuando cuidas el territorio de un tigre, también cuidas todas las plantas y animales asociados a él. Pench es una de las mejores reservas del mundo: 400 kilómetros cuadrados; en los cuales el 80% de ella está prohibido el acceso a personas. Se encuentra en el distrito de Seoni, que se hizo famoso por El Libro de La Selva de Rudyard Kipling.

El entorno tiene una gran diversidad de vegetación, lo que permite a un gran número de especies animales habitar allí. Tuvimos la oportunidad de ver muchos de ellos: perros rojos, chacales, jabalíes salvajes, miles de ciervos moteados, así como sambars y nilgai. Por todas partes había monos langures, mirando de un lado a otro de forma juguetona y como viejos sabios. Abundan las aves y vimos muchas nuevas especies. El río Pench, con su cinturón verde es como el Edén de los animales. A diferencia de cualquier otro lugar que hemos visitado, esta tierra parecía pertenecer a la naturaleza primordial y sólo se nos permitía que estuviéramos allí un tiempo. Pudimos observar pero no molestar. Hay sólo unos pocos senderos, con restricciones estrictas, que están permitidos para la gente. Caminar, especialmente por la noche, está prohibido por razones obvias. Aquí hay entre 40 y 60 tigres, así como leopardos.

Nosotros, al igual que todos los demás visitantes, estábamos ansiosos de ver un tigre salvaje. No todo el mundo tiene esa suerte. Un hombre de Canadá viajó 14 años consecutivos hasta que por fin vio un tigre. Cuando lo hizo, las lágrimas corrían por su rostro. Manejamos por las carreteras durante muchas horas, seis de nosotros en un jeep descapotable, mirando y mirando. Finalmente, se hizo evidente que no íbamos a ver un tigre a menos que uno eligiera aparecer.

"Madre, si te complace, revélaTe a nosotros en la forma de un tigre".

“Madre, si te complace, revélaTe a nosotros en la forma de un tigre”.

Comencé a orar: “Madre, si Te complace, revela Te a nosotros en la forma de un tigre.” De repente, ¡allí estaba! Fue un magnífico encuentro: ella vino caminando por nuestro lado derecho, a menos de 10 metros de distancia. Estos tigres han vivido por muchas generaciones viendo coches y personas, y los ignoran por completo sabiendo que no son una amenaza. La tigresa no nos prestó más atención de la que hubiera prestado a una piedra. Metida en sus propios asuntos, primero marcó su territorio con olor y luego se encaminó hacia un encuentro inusual con un tigre macho. (He incluido un video más abajo.) Era madre de cuatro cachorros casi crecidos, y aunque los cachorros estaban a cierta distancia, pudimos verlos a todos.

La experiencia fue profundamente espiritual para mí. Lo Divino es omnipresente, pero rara vez elige aparecerse a nosotros. Grandes yoguis como Babaji sólo aparecen cuando deciden hacerlo. De lo contrario, permanecen ocultos de las miradas curiosas, “escondiéndose detrás de la luz del sol”, como escribe Paramhansa Yogananda [nota del traductor: en su libro Autobiografía de Un Yogui]. Para ver a la Madre Divina debemos anhelarla incluso para atisbarla, así como orar y estar limpios de corazón. Entonces Ella puede optar revelarse a Si Misma en forma de un santo o del ojo espiritual, de un mendigo o de un príncipe, de una mascota amorosa o incluso de un tigre. Nuestro trabajo no es quedarnos extasiados por sus variadas formas, sino ver que todo es una manifestación de nuestra Madre.

Con gran alegría,

Nayaswami Jyotish

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