Lidiando con el Cambio y la Pérdida

Lidiando con el Cambio y la Pérdida

 15 de enero de 2021

 Hay un chiste acerca de un hombre que se despertó una mañana y descubrió que solo le quedaban tres pelos largos en su cabeza. Cuando se miró en el espejo, dijo, “Creo que hoy voy a usar mi cabello en una trenza.” La mañana siguiente descubrió que solo le quedaban dos pelos y pensó, “Mmm… hoy voy a hacer la raya al medio.” El tercer día le quedaba solo un pelo, y luego de pensarlo un poco, decidió llevarlo como una cola de caballo.

Por último, el cuarto día no le quedaba ningún pelo. Suspiró con alivio. “Gracias a Dios. ¡Ahora no ya no me tengo que preocupar más acerca de cómo peinarme!”

Espero que esta historia te haya hecho sonreír, pero también tiene un mensaje más profundo. El cambio y la pérdida son una parte inevitable de la vida. No podemos escapar de ellos, pero podemos elegir cómo lidiar con ellos. Podemos ir por el camino del resentimiento, la culpa, y la autocompasión cuando enfrentamos dificultades; o las podemos aceptar de buena gana con apertura y una expectativa positiva. Todo depende de nuestro nivel de consciencia.

En Susurros de la Eternidad, Paramhansa Yogananda escribe: “Debemos prepararnos mentalmente para enfrentar las pruebas, dificultades y tragedias inevitables de la vida. Para esa preparación, las películas que vemos en los cines pueden ser instructivas. Si las vemos con calma interior y desapego, pueden ayudarnos a entender que nada en la vida es real en sí mismo.” “La cura fundamental para todos los males humanos es en todas partes una y la misma: elevar la propia consciencia.”

Veamos algunos de los cambios que enfrentamos la mayoría de nosotros—pérdida de posesiones materiales, desafíos con la salud, la muerte de seres queridos—y encontremos formas de elevarnos sobre el sufrimiento que provocan.

A partir de la experiencia personal, he aprendido que incluso en medio de la pérdida de todo lo que uno posee, todavía es posible encontrar un centro de paz y seguridad interior. Nuestro drama se desarrolló en julio de 1976 cuando un incendio forestal se propagó por Ananda Village, destruyendo cientos de acres arbolados y la mayoría de los edificios de la comunidad, incluyendo nuestra casa y todo lo que poseíamos. Esto ocurrió en un momento particularmente vulnerable para nosotros: nuestro hijo había nacido once días antes.

Con nada más que las ropas que teníamos puestas, oramos a Dios por la fortaleza para enfrentar el futuro. Como respuesta, nos sentimos elevados por un entendimiento de que la fuente de nuestra seguridad y bienestar no eran nuestras posesiones, sino una conexión interior con Dios. Con el tiempo nos dimos cuenta de que perder todo lo que poseíamos fue uno de los obsequios interiores más grandes que hayamos recibido jamás, porque en algún nivel nos liberó permanentemente de la dependencia en las cosas materiales para nuestra sensación de bienestar.

Otro desafío con el que todos lidian, especialmente ahora durante la pandemia, es la pérdida de la buena salud. Swami Kriyananda, quien enfrentó una serie casi constante de desafíos en su salud, fue un maravilloso modelo de cómo lidiar con ellos positivamente. Estuvimos con él antes y después de muchas cirugías, y su actitud inquebrantable de calmo gozo interior era asombrosa.

¿Cómo lo hacía? Pudimos ver que nunca hubo ninguna negación de la situación, sino más bien una aceptación total y casi una acogida a lo que estaba sucediendo. Él también mantenía un desapego interior de su cuerpo, como si estuviese pensando, “Esta enfermedad puede estar sucediéndole a mi cuerpo, pero no toca mi verdadera realidad, la naturaleza de mi alma.” A través de todas las pruebas que enfrentó en su vida tuvo confianza y fe inquebrantables en que su gurú lo sostenía.

Probablemente la pérdida más dura con la cual lidiar es la muerte de amigos o seres queridos. Yoganandaji enfrentó un dolor abrumador con la muerte de su madre cuando era un niño. Desconsolado por muchos años, finalmente fue consolado por la voz de la Madre Divina, que dijo: “¡Soy yo quien ha velado por ti, vida tras vida, en la ternura de muchas madres! ¡Observa en Mi mirada los dos ojos negros, los bellos ojos perdidos, los que tú más buscabas!”

Aceptemos todos los cambios y pérdidas en la vida con la consciencia elevada y la fortaleza de guerreros divinos.

 

Podemos encontrar consuelo de tal pérdida si miramos más allá de la forma de nuestro amado hacia el Único Amado escondido allí. “Es solo Dios quien actúa a través de ti,” dijo Yoganandaji, “Es solo Él a quien deberías amar realmente—a través de los demás, cuando los amas. La gente no es consciente de esa gran presencia, siempre confortante. Ellos centran todo su afecto el uno en el otro. Cuando muere alguien a quien aman, piensan, ‘Oh, ¡qué cruel!’ ¡Pero todo el tiempo era solo Dios, jugando a las encondidas con ellos!”

Aceptemos todos los cambios y pérdidas en la vida con la consciencia elevada y la fortaleza de guerreros divinos. Entonces podremos permanecer firmes en la verdad de que ninguna pérdida puede atenuar la luz de Dios que brilla dentro de nosotros y dentro de todo en este mundo.

Que puedas encontrar la paz de Dios en medio del cambio.

Nayaswami Devi

 

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