Lecciones Aprendidas en el Camino

Lecciones Aprendidas en el Camino

28 de abril de 2023

Hoy se cumple mi quincuagésimo sexto aniversario de conocer a Swami Kriyananda en 1967. Llamé a la puerta de su departamento en San Francisco poco después de leer Autobiografía de un Yogui, y me dio la bienvenida no solo en su casa, sino también en su vida. Si bien las lecciones que he aprendido en el camino son demasiadas para enumerarlas, me gustaría compartir con ustedes algunas de las más importantes.

Jyotish y Swamiji en una celebración del 4 de julio en 2008.

Las personas son más importantes que las cosas: Luego de presentarnos, dijo “Estoy trabajando en un proyecto. ¿Te gustaría ayudar?” Necesitaba ayuda con la correspondencia y, naturalmente, acepté. A lo largo de los años, a menudo he bromeado con que no me di cuenta de que el proyecto continuaría más de medio siglo después. Sin embargo, finalmente me di cuenta de que el proyecto nunca se trató de la correspondencia, ni siquiera acerca de ayudar con Ananda. El verdadero proyecto era yo. El trabajo principal de Swamiji no era escribir, dar conferencias, o construir comunidades. Era la tarea más difícil y sutil de guiarme a mí y a muchos otros en el viaje de la autotransformación. Los proyectos eran solo la rueda en la que pulimos nuestra consciencia.

Di SÍ a la Vida: Este fue el título del primer álbum de Swamiji (pulsa aquí para ver el enlace en inglés), y un tema importante en su vida. Su habilidad para decir “sí” era contagiosa y mágica. Recuerdo el día que convenció a un pequeño grupo de nosotros para alquilar una mansión de cuarenta habitaciones para un ashram en un barrio de lujo en San Francisco. A medida que describía las posibilidades, la gente gradualmente pasó de un estado de conmoción ante la mera idea, a aceptar a regañadientes, y finalmente a una discusión ansiosa sobre el uso de cada habitación. El prototipo de comunidades en la ciudad nació ese día. Swami entendió que actuar con entusiasmo permite al poder del universo amplificar nuestro propio esfuerzo.

La alegría es la solución, no la recompensa: Un error común es obsesionarse con la meta, creyendo que la felicidad es el premio por lograr. Sin embargo, Swamiji nos enseñó a trabajar con alegría, a disfrutar del viaje, no solo del destino. De lo contrario, nos convertimos en viajeros sedientos que caminan penosamente por un desierto árido, sedientos por un oasis. La solución de Swamiji: llevar una cantimplora llena de alegría líquida en el camino.

La amistad divina (pulse aquí para ver el enlace en inglés) es el amor de Dios en acción: Swamiji rara vez criticaba a alguien. En cambio, nos colmó de bondad y apoyo, ayudándonos a superar nuestras limitaciones. Puso el listón lo suficientemente alto como para desafiarnos, pero nunca tan alto como para que no pudiéramos alcanzarlo. Paramhansa Yogananda dijo, “Si haces una centésima parte de lo que te pido, lo lograrás.”

El objetivo de la vida es disolver el ego: Swamiji nos recordaba que la vida es una búsqueda del Infinito. La sintonía, el servicio al gurú, y la entrega son formas de alcanzar este objetivo. A menudo decía, “Cuando muera, quiero que me conozcan simplemente como un buen discípulo.”

El final del viaje para ti a para mí es que no hay ni tú ni yo. En ese sentido, me gustaría compartir este hermoso y apropiado poema de Khalil Gibran:


Miedo

Se dice que antes de entrar al mar un río tiembla de miedo.

Mira hacia atrás hacia el sendero que ha recorrido,

de las cimas de las montañas,

el camino largo y sinuoso camino que atraviesa bosques y pueblos.


Y frente a él,

ve un océano tan vasto,

que entrar allí

parece nada más que desaparecer para siempre.


Pero no hay otra manera.

El río no puede volver atrás.


Nadie puede volver atrás.

Volver atrás es imposible en la existencia.


El río necesita correr el riesgo

de entrar al océano

porque solo así desaparecerá el miedo,

porque ahí es donde el río sabrá

que no se trata de desaparecer en el océano,

sino de convertirse en el océano.


Mientras reflexiono sobre mi camino largo y sinuoso, estoy infinitamente agradecido de haber tenido a Swami Kriyananda caminando a mi lado. Y él todavía está allí, guiándome siempre al océano del Espíritu.

En gratitud,

Nayaswami Jyotish

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