12 de noviembre 2015
Las ruedas de nuestro autobús se encontraban peligrosamente cerca del borde de la derruida carretera mientras nos dirigíamos hacia las estribaciones del Himalaya. Los fuertes monzones a principios de año deshicieron secciones de la carretera, y causaron baches profundos en el medio. Estos obstáculos tuvieron que ser tomados con cuidado para evitar caer en el valle que se encontraba a un lado del camino, o estancarnos en los baches.
Éramos parte de un grupo de cuarenta peregrinos que viajábamos en dos autobuses desde Ranikhet a la montaña Drongiri, para ir a pasar el día caminando hasta la cueva de Babaji y meditar allí. El viaje de dos horas en autobús no era para débiles, ya que nuestros autobuses sorteaban estos obstáculos con cautela.
También ocurrió que, en cuanto un trozo de carretera estaba en buenas condiciones, a menudo aparecería un vehículo grande yendo en la dirección opuesta y en una curva estrecha, de un solo carril. Esto sucedió en varias ocasiones, pero por suerte los conductores de autobuses de montaña tienen experiencia en este tipo de situaciones.
Primero, había un momento de pausa en el que los dos conductores se miraban el uno al otro. Luego, muy lentamente, maniobraban sus vehículos centímetro a centímetro, girando y moviendo el vehículo para evitar caer en el precipicio o estancarse en medio de la carretera. Los autobuses prácticamente rozaban entre sí al pasar, pero cada uno de ellos finalmente fue capaz de continuar en su propia dirección.
A medida que avanzábamos lentamente por la montaña, comencé a pensar en el significado simbólico de los peligros de este tipo de carreteras. Era como el borde del camino espiritual, un margen filoso en el que siempre estamos en peligro de caer en un pozo o en un precipicio. Si añiadimos a esto los obstáculos del karma que están a punto de manifestarse, es asombroso que podamos avanzar espiritualmente. Pero hay guías con experiencia que nos pueden ayudar a maniobrar a través de nuestro mal karma, sin importar que la travesía parezca imposible.
En Autobiografía de un Yogui, Lahiri Mahasaya dice:
Sintonízate con la activa Guía interna;
la Voz Divina tiene la respuesta a todos los dilemas de la vida.
Aunque el ingenio del hombre para meterse en problemas parece no tener fin, el Socorro Infinito no es menos ingenioso.
El camino espiritual está lleno de trampas numerosas y peligrosas, incluso mucho más que los caminos de montaña sobre los que nos llevaron ese día. Pero eventualmente llegamos a la cueva de Babaji y disfrutamos de la paz profunda que se encontraba al final de nuestro viaje.
Que tu guía divino esté siempre contigo.
Nayaswami Devi
