Una reflexión personal de Nayaswami Pushpa
Nayaswami Seva dejó su cuerpo físico el 14 de noviembre de 2021. Seva fue mi hermana en Dios, gurubhai, consejera, “mamá” y mi amiga más querida. Tuve la gran bendición de vivir junto a esta santa mujer durante doce años. Mi casa y la de ella compartían una pared contigua. La escuchaba cantarle a Dios al otro lado de esa pared. A veces la oía reír levemente cuando la visitaba una amiga o mientras veía una película por la noche. Su risa era como la de un niño pequeño: fluida y desinhibida.
Seva era humilde y rara vez hablaba de sí misma. Prefería permanecer en un segundo plano y, a menudo, se impacientaba por ponerse a hacer lo que fuera necesario. La constancia y el servicio con devoción fue su grito de batalla. Ella siempre estaba sirviendo, sonriendo y rebosante de alegría. Junto a Swami Kriyananda, era la persona más alegre que he conocido. Conmovió a tanta gente con su alegría.
Yo estaba entre los presentes cuando ella falleció. Fue por un infarto. Ella acababa de caminar a casa después de servir en el Santuario de los Maestros en Crystal Hermitage. Después de su muerte, uno de nuestros gurubhais, una enfermera, lavó su cuerpo. No estuve presente para esto, pero regresé inmediatamente después. Fue entonces cuando sentí un cambio profundo en la conciencia de Seva. Antes de que su cuerpo fuera lavado, experimenté que su conciencia se encontraba en la dirección de su cuerpo físico. Ahora no estaba asociado con el cuerpo en absoluto, y la comunicación era directamente con su alma. Ya no estaba fuera de mí, sino ubicado dentro de mí. Y, sorprendentemente, ¡el “dentro de mí” era más vasto que el “exterior de mí”!
La conciencia de Seva ya no estaba vestida con su cuerpo físico, sino con su cuerpo astral. Una línea de la Ceremonia de Ascensión Astral de Ananda, escrita por Swami Kriyananda, me vino a la mente y reveló una comprensión más profunda: “Vestida, estás ahora con ropas de luz radiante”.
¡Ve con amor, Sevaji!
¡Alegría, alegría, alegría!
