por Shivendra Nath Misra
El nerviosismo, que es lo contrario de la calma, parece una simple dolencia. Pero, en realidad, tiene consecuencias de largo alcance. Hoy en día, el nerviosismo parece ser la enfermedad del mundo. -Paramhansa Yogananda
Paramhansa Yogananda escribió estas palabras hace casi cien años y siguen siendo ciertas, quizá incluso más hoy.
En Estados Unidos, el agotamiento de los empleados cuesta a las empresas 300.000 millones de dólares en pérdida de productividad y contribuye anualmente a 120.000 muertes excesivas que podrían evitarse. Estas cifras representan sólo una fracción de las alarmantes estadísticas que subrayan la importancia crítica de la gestión del estrés y el bienestar.
Yogananda no se refiere al nerviosismo como la sensación de hormigueo y nerviosismo que uno siente cuando está a punto de hablar ante una multitud. Se refiere al sobreesfuerzo y al uso excesivo del sistema nervioso hasta el punto del agotamiento.
Las principales causas del nerviosismo son: 1) el exceso de actividad durante mucho tiempo; 2) la estimulación excesiva de los sentidos por exceso de indulgencia física; 3) y la sobreestimulación mental por miedo crónico, ira, pena, odio, celos y descontento de emociones dañinas similares. Cualquier excitación prolongada perturba el flujo de la fuerza vital a través del sistema nervioso. El nerviosismo también puede ser causado por una mente inquieta, que envía un exceso de energía que vibra a lo largo de los nervios. -Paramhansa Yogananda
Este tipo de nerviosismo nos hace sentir abrumados, distraídos y agotados. Sentimos que no tenemos tiempo suficiente para hacer todas las cosas que tenemos que hacer y estamos constantemente distraídos por herramientas tecnológicas diseñadas para mantenernos adictos. En definitiva, es una receta perfecta para asar nuestros nervios en la estufa de la inquietud.
Algunas empresas intentan implantar nuevos sistemas y software de productividad para resolver este problema y ofrecen permisos adicionales a sus empleados. Otras organizaciones adoptan un enfoque diferente ofreciendo comida gratis, videojuegos, actividades recreativas, instalaciones deportivas y horarios de trabajo flexibles.
Estos métodos son útiles y de apoyo, aunque su efecto es sólo superficial. Necesitamos soluciones más profundas para erradicar el nerviosismo. Necesitamos soluciones que atiendan no sólo a nuestras necesidades físicas y psicológicas, sino también a las necesidades del alma.
A continuación se indican algunas formas que pueden ayudarnos a volver a un estado de alegría y satisfacción.
Actuar desde un estado superior de conciencia
La raíz de todo nerviosismo es lo que Yogananda llamaba “nerviosismo del alma”, que sólo puede curarse mediante la meditación.
En el nerviosismo del alma, el alma está tan identificada con el cuerpo que ha olvidado su verdadera naturaleza. Piensa que no es más que un conjunto de sensaciones. La cura para el nerviosismo del alma reside en transferir tu atención de esta pequeña jaula del cuerpo a la percepción del Infinito. -Paramhansa Yogananda
Cuanto más rompemos la ilusión de que somos un manojo de carne y huesos, más fácil nos resulta lidiar con la sensación de agobio. De hecho, en un estado de superconciencia no existe tal estado, porque no hay pasado ni futuro, sólo el Eterno Ahora.
En una de sus cartas, Swami Kriyananda escribe sobre Yogananda.
Cuando las responsabilidades organizativas amenazaban con apartar su mente de la Madre Divina, él nunca decía: ‘Bueno, primero haré este trabajo; es más importante. Ningún trabajo es posible”, escribió, “sin el poder de realizarlo prestado de Ti”. Dejaba todo a un lado para cantar o meditar hasta que su mente estaba firmemente arraigada en Dios. Sólo entonces volvía al trabajo. Así es como fue capaz de lograr cosas tan tremendas en su vida. Nunca actuó desde la conciencia del ego.
Además de la práctica diaria de la meditación, ten breves periodos intermitentes durante el día en los que vuelvas a conectar con tu Ser superior. Cuando actúas desde ese estado elevado de conciencia, todo va bien. Cuando actúas desde un estado de preocupación y ansiedad, sólo creas tensión.
Haz de la paz interior tu prioridad
Durante muchos años, mi prioridad no ha sido el dinero, los beneficios o el éxito exterior de cualquier tipo, sino la paz interior. Me he negado a estresarme tanto como para sacrificar esa verdadera riqueza. Incluso he considerado que era mejor -y la experiencia me ha dado la razón- dejar cosas importantes sin hacer si mi paz podía verse socavada por prestarles atención. Sin ella, sería propenso a equivocarme. De la paz interior han surgido decisiones iluminadas. Las expectativas de la gente sobre mí nunca pueden igualar lo que Dios mismo espera: mi paz en el pensamiento de Él”. -Swami Kriyananda, en Vivir sabiamente, vivir bien
Es natural pensar que cuanto más hagamos, más éxito tendremos. Sin embargo, hacer más no siempre significa hacer más cosas mejor. En nuestros esfuerzos por ser productivos, intentamos hacer más en menos tiempo. Sin embargo, nos olvidamos de hacernos un par de preguntas básicas: “¿Merece la pena dedicar tiempo y energía a esta tarea? ¿Estoy sacrificando mi paz interior por intentar hacer demasiado?”. Un trozo de masa cuando se extiende puede cubrir una superficie mayor, pero se vuelve cada vez más fina… hasta que se rompe (¡!).
Tenemos que aprender a invertir la energía sabiamente. Haz una lista de todo lo que tienes en tu plato y separa el trigo (cosas que debes hacer) de la paja (cosas que puedes eliminar). A continuación, dedica toda tu energía a las cosas que debes hacer. De este modo, avanzarás en las cosas que son importantes para ti sin sentirte agotado.
Haz una cosa cada vez
Hacer una cosa bien es mejor que hacer diez mal. Si el nerviosismo es la enfermedad del mundo, la multitarea (multitasking) es su principal causa. Nayaswami Devi dijo una vez algo que siempre he recordado:
La multitarea es del ego. Cuando estás completamente inmerso en una cosa, te elevas por encima del tiempo. Cuando haces varias cosas a la vez, estás enredado en Maya. Maya, comúnmente considerada una palabra sánscrita para “engaño” o “Satán”, significa literalmente “medidor”.
Maya crea la ilusión de separación donde sólo existe la Unidad. La manera de romper esa ilusión en la vida diaria es practicar la concentración en una cosa a la vez.
Cuando liberas tu energía mental de 100 pensamientos diferentes y te concentras en una sola cosa, dejas paso a Dios para que fluya a través de ti en forma de nuevas inspiraciones, ideas e intuición.
Practica la presencia de Dios
Durante la actividad, intenta ser consciente de la presencia de Dios y de Su energía fluyendo a través de ti. El éxito en aferrarse a la presencia de Dios transforma el agotamiento y los sentimientos de estar abrumado en alegría y energía vital. Pero, ¿cómo podemos hacerlo?
Primero, siente profundamente Su presencia en meditación. Reserva un tiempo después de tus técnicas para sentarte y disfrutar de la comunión gozosa con Él. Luego, traslada esa paz de tu meditación a actividades sencillas.
Después de meditar, no te lances directamente a una actividad frenética: da un paseo, friega los platos, dobla la ropa, escribe en tu diario o haz algo en lo que tu mente esté libre para pensar en Dios. Una vez que esto se convierta en una práctica natural, serás capaz de recordar a Dios también en todos los demás momentos.
Como todo, requiere práctica. Pero recuerda esto: ¡la autodisciplina con la práctica espiritual termina finalmente en la Bienaventuranza! Para inspirarte, puedes leer los escritos de Frank Laubach y del Hermano Lawrence.
Entrégate a Dios
Nos encanta pensar que tenemos el control de nuestras vidas. Cuanto más intentamos controlar las situaciones y a los demás, más estresados y decepcionados estamos. Date cuenta que al final del día, todo es Su show. No trates de tomar el control y sentarte en la silla del Director.
Haz todo lo posible por acercarte a Dios: trabaja pensando en Él; trabaja con concentración y entusiasmo. Y cuando todo esté dicho y hecho, devuélveselo todo a Él. Swami Kriyananda encontró una gran libertad con esta práctica y nos instó a todos a intentarlo por nosotros mismos. Antes de irnos a la cama, nos recomendó encender una hoguera mental y arrojar en ella todos los deseos y apegos.
Dios es nuestro verdadero Padre, Madre, Amigo y Amado. Cuando meditamos en Él, trabajamos para Él y compartimos Su alegría con los demás, el nerviosismo deja de existir, porque nos damos cuenta de que somos Suyos y de que Él siempre está con nosotros.
En Su Amorosa Presencia,
Shivendra
Este escrito llega en el momento preciso
Gracias Sonia por compartir 🙏
Qué maravilla 🥰 de artículo!! Gracias!
me gusta estoy haciendo un esfuerzo para aprender a meditar ..sufro mucho con mi depresión y ansiedad..
Hola Marta, gracias por compartir 🙏
A menudo son nuestros sufrimientos los que nos empujan a buscar un sentido más alto a la vida
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Un gran abrazo de Luz