El Orfebre y el Joyero
31 de mayo de 2024
Hay una historia maravillosa que ocurrió cuando Paramhansa Yogananda (pulsa aquí para ver el enlace en inglés) visitó a su gurú, Sri Yukteswar, en su regreso a la India en 1935. Al ver un interés latente en la espiritualidad en Occidente, nuestra línea de gurús envió a Yoganandaji a Estados Unidos en 1920 para llevar allí las enseñanzas de la India. Luego de quince años de asombroso esfuerzo de su parte, miles de personas estaban practicando meditación y buscando a Dios. Sri Yukteswar (sabiendo que pronto dejaría su cuerpo) envió un mensaje al Maestro para viniera a visitarlo nuevamente.
Cuando estaban juntos, Sri Yukteswar, siempre estricto con la disciplina, le preguntó a Yoganandaji si estaba cambiando las enseñanzas para llegar a la mente occidental. La respuesta de Yogananda fue brillante. Él dijo, “Señor, tú eres como el orfebre que trabaja solo con el metal puro de la consciencia superior. Yo soy como el joyero, que transforma el oro que he recibido de ti en hermosas joyas para que otros puedan usarlo.” Sri Yukteswar sonrió y aceptó esta respuesta.
Lo que hizo Yoganandaji al traer el sendero esotérico de Kriya Yoga a occidente fue nada menos que milagroso. El entendió las necesidades cambiantes de los tiempos, así como las mentalidades de los occidentales, y ofreció una gran cantidad de enseñanzas con las que los estudiantes podían identificarse y practicar fácilmente. Me gustaría explorar algunas prácticas sencillas que nos dio Yogananda, y las verdades más profundas en las que se basan.
Los Ejercicios de Energetización (pulsa aquí para ver el enlace en inglés), si se abordan superficialmente, pueden verse como un sistema de ejercicios de respiración y fortalecimiento, pero son mucho más. Demuestran la comprensión subyacente de que el prana (pulsa aquí para ver el enlace en inglés), o fuerza vital, en lugar de la materia, es la esencia de la creación. El antiguo exponente del yoga, Patanjali (pulsa aquí para ver el enlace en inglés), describe el Sendero Óctuple hacia el samadhi, o consciencia cósmica. En él, la cuarta etapa es pranayama, o control de la energía, y estos ejercicios son una forma tangible para que practiquemos pranayama.
Yoganandaji los llamó su contribución única a la ciencia del yoga, y nos dio estas sencillas pautas para ayudarnos a entenderlos mejor: “Cuanto mayor es la fuerza de voluntad, mayor es el flujo de energía.” Cuanto más aprendamos a usar la fuerza de voluntad y la energía correctamente, más entenderemos que somos, en esencia, prana. Entonces comenzamos a dejar de lado todas las identidades menores, y comenzamos a descubrir que somos seres de energía no limitados a las realidades físicas.
“Sean ecuánimes y alegres en todo momento,” Yogananda instruyó a sus discípulos. Una vez más, estas palabras aparentemente simples contienen gran cantidad de enseñanzas profundas. La definición clásica de yoga dada por Patanjali (pulsa aquí para ver el enlace en inglés) es: “Yogas chitta vritti nirodh”—“Yoga es la neutralización de las ondas de sentimiento.” Las “ondas de sentimiento” es otra forma de describir al proceso reactivo. Mientras estemos eufóricos cuando nos suceden cosas buenas, o abatidos cuando suceden cosas malas, estamos atrapados en los ciclos alternantes de la dualidad.
Para trascender maya, uno debe tratar de mantenerse desapegado a cualquier cosa que suceda, o como también dijo Yoganandaji, “Lo que viene por sí mismo, que venga.” Si nos aferramos a estas pautas, podemos vivir en el mundo como verdaderos yoguis, sin vernos afectados por ningún cambio externo, y caminar por el sendero seguro hacia la liberación. ¿Por qué “alegres”? Porque la esencia de Dios es la alegría, y podemos practicar Su presencia manteniendo siempre una perspectiva elevada en nuestro corazón.
“Debes aprender a hacer introspección, y a llevar un diario mental,” también enseñó Yogananda a sus discípulos. Sugirió que hagamos una revisión mental todas las noches antes de dormir para analizar cómo hemos vivido cada día. Una vez más, este sencillo consejo tiene sus raíces en el Sendero Óctuple de Patanjali en el cual habla de swadhyaya, o “autoestudio.” Swami Kriyananda lo explica de esta manera: “El autoestudio, en un sentido yóguico, significa desarraigar del corazón aquellos engaños y apegos falsos que impiden que uno se dé cuenta de quién y qué es realmente: el Espíritu Infinito.”
Recargar nuestro cuerpo y mente con prana, practicar la presencia de Dios a través de la actitud correcta, y analizarse y corregirse uno mismo todos los días: todo esto se basa en la sabiduría de los grandes sabios de la India. Estas son solo algunas de las innumerables ofrendas aparentemente simples que nos dio Yogananda. Trata de entender y practicar otras de sus técnicas comprendiendo las verdades en las que se basan.
Con un torrente de sabiduría y compasión, nos dio un sendero seguro y realizable hacia la libertad del alma. “Si practican incluso una centésima parte de lo que enseño, encontrarán a Dios,” les dijo a sus discípulos. Agrega a estas técnicas y muchas otras, la práctica de meditación y Kriya Yoga, y tenemos todo lo que necesitamos para alcanzar nuestras metas espirituales.
Nuestro gurú fue un maestro artesano en la creación de un sendero a Dios que estaba basado en las verdades antiguas y comprensible para las sensibilidades modernas. No solo admiremos las hermosas joyas que nos regaló, sino que usémoslas con entusiasmo todos los días. Están elaboradas con el oro puro de la consciencia de Dios y diseñadas para nosotros de modo que su belleza y luz nos guíen a casa.
Con alegría,
Nayaswami Devi