Domando la Mente

31 de marzo de 2023

Una mente inquieta es un problema antiguo y común para los que meditan. Si también tienes este problema, debes saber, mi amigo, que no estás solo.

En el Bhagavad Gita (pulsa aquí para ver el enlace en inglés), Arjuna le dice a Krishna, “Debido a mi inquietud no he obtenido resultados duraderos en los intentos que Tú me has enseñado para fijar la mente. ¡Verdaderamente la mente es inquieta, tumultuosa, locamente obstinada! ¡Oh, Krishna, la considero tan difícil de dominar como el viento!”

Por supuesto, debemos esforzarnos para calmar nuestros pensamientos durante la meditación, pero para que no pensemos que una mente completamente calma es la única puerta hacia los estados más elevados de consciencia, tenemos este reconfortante ejemplo de Autobiografía de un Yogui:

“Algunos días más tarde por la mañana yo [Yogananda] me dirigí a la sala vacía del Maestro. Proyectaba meditar, pero mi loable propósito no era compartido por mis desobedientes pensamientos. Se desbandaban como pájaros ante un cazador.” Justo unos momentos más tarde su gurú le concedió su primer gran experiencia de la consciencia cósmica.

Aunque controlar la mente parezca difícil, hay varias cosas que podemos hacer para ayudar a reducir los pensamientos inquietos. Sin embargo, el primer requisito y el más importante es que queramos aquietar nuestras mentes. Sin este “loable propósito” lograrás poco. Cuando comienzas tu meditación, debes tomar la decisión consciente de quedarte quieto. Los primeros minutos son particularmente importantes, así que resueltamente deja de lado cualquier pensamiento o deseo inquieto. Luego usa las técnicas de meditación, especialmente las de pranayama, para retirar la fuerza vital hacia la columna y canalizarla hacia el ojo espiritual. A medida que el prana se retira, la mente se calmará naturalmente.

Aquí hay una analogía adecuada: cuando un cuidador de elefantes lleva a su elefante a través del mercado de un pueblo, puede causar estragos, robando algunas bananas de un puesto, algunas naranjas del siguiente. Pero el conductor inteligente tiene un truco bajo la manga. Entrena al elefante para que tome un pequeño trozo de bambú con su trompa y lo sostenga en orgullo en lo alto. Esto, por supuesto, evita que su trompa haga travesuras.

Los principales sentidos del tacto, vista y oído son nuestros elefantes descontrolados, las técnicas de meditación (pulsa aquí para ver el enlace en inglés) están destinadas, en parte, para darles un trozo de bambú en el que concentrarse.

Las técnicas centrales del sendero de Yogananda son las de pranayama (pulsa aquí para ver el enlace en inglés), especialmente Hong-Sau, donde tratamos de sentir cada inhalación y exhalación y de acompañarlas con el mantra (pulsa aquí para ver el enlace en inglés) Hong-Sau. Incluso cuando era niño, Yogananda lo practicaba durante horas hasta que entraba en el estado de no respirar. Técnicas similares de observar la respiración forman la base de casi todos los senderos de meditación, incluyendo el mindfulness (atención plena).

La respiración se convierte en nuestro trozo de bambú. Al enfocar en ella la mente y los sentidos, estos se vuelven hacia el interior y la mente se empieza a calmar. Asimismo, mirar la luz del ojo espiritual lleva el sentido de la vista hacia adentro, y lo mismo ocurre para el oído cuando se escucha el sonido de AUM (pulsa aquí para ver el enlace en inglés).

Aquí, entonces, está una de las formas más efectivas de calmar la mente en la meditación: cada vez que te des cuenta de que tu mente está inquieta, devuélvela suave pero firmemente a su hogar interior observando la respiración, mirando el ojo espiritual, o escuchando AUM. Si conviertes esto en un hábito, darás un gran salto en domar tu mente.

Esta práctica también funciona en el mercado de la vida diaria. Cuando tus pensamientos se alteren o tus emociones se agiten, respira profundamente, concéntrate brevemente en el ojo espiritual, o escucha los sonidos interiores.

Como escribió Yogananda, “Permanece siempre en calma en tu interior. Sé ecuánime. Cuando trabajes, está tranquilamente activo. Algún día sabrás que ya no estás sujeto a las mareas del Destino. Tu fuerza vendrá de tu interior; no dependerás de incentivos externos de ningún tipo para motivarte.”

En dicha y paz,

Nayaswami Jyotish

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