Discipulado

12 de Septiembre , 2014

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Swami Kriyananda junto a su Guru, Paramhansa Yogananda.

El 12 de septiembre se conmemora el aniversario del día en que, en 1948, Swami Kriyananda conoció a Paramhansa Yogananda y se convirtió en su discípulo. A partir de entonces, a pesar de sus increíbles logros, la autodefinición de Swami Kriyananda era simplemente: “Yo quiero ser conocido como un buen discípulo.”

La esencia del discipulado es el esfuerzo para alinear nuestra voluntad individual con la voluntad de Dios expresada a través del guru. Cuando lo hacemos, los milagros comienzan a desarrollarse. Dios nos guía y nos utiliza como sus instrumentos. Él trabajará a través de cada uno de nosotros en la medida en que estamos dispuestos a ser Su canal.

Necesitamos un gurú, porque nuestro conocimiento es limitado. Un arrogante atleta preguntó una vez a un gran entrenador por qué debería molestarse en escucharlo. La respuesta fue a la vez divertida y profunda: “Porque  no sabes lo que no sabes.” Lo que es válido en un área poco importante como el atletismo es aún más cierto para la más difícil de todas las tareas: liberarse de la ilusión. Sólo podemos escapar del laberinto del ego a través de la orientación de alguien que ya es libre.

Aunque Swami era un volcán de creatividad, él era muy ortodoxo cuando se refiere a las enseñanzas del Maestro. Una vez pensé en una nueva manera de enseñar una técnica de meditación básica. Cuando se lo describí a Swami su único comentario fue: “Esa no era la forma en que el Maestro enseñaba.” Yo sabía que su verdadero mensaje era que debía correrme del camino, sintonizar mi mente y corazón con el gurú, y dejar que él fluya a través de mí.

A lo largo de los años de su discipulado, y sobre todo al principio, antes de haber desarrollado su sintonía y discriminación, Swamiji siempre se preguntaba: “¿El Maestro dijo esto?” Por ejemplo, hubo un debate acerca de si los ovnis son reales, y si la vida existe en otros planetas. El asunto se resolvió para Swamiji cuando oyó que el Maestro dijo: “Sí, los ovnis son reales, y de hecho hay vida en todas partes del universo, incluso en el centro de las estrellas.”

El fruto del verdadero discipulado es la libertad del ego. Dos declaraciones de Swami Kriyananda hacia el final de su vida me impresionaron profundamente. Él dijo: “Ya no puedo distinguir dónde Swami Kriyananda termina y el Maestro comienza.” Y también: “A veces estoy tan lleno de dicha, que casi no puedo contenerla.”

Este es el fruto de una vida de discipulado. Para los buscadores de la verdad, es el único fruto digno de cosecha.

En gozo,
Nayaswami Jyotish

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