Cuatro Claves para Meditaciones Más Profundas

Cuando me senté a meditar esta mañana, ignoré parte de los consejos que estoy compartiendo aquí. En vez de enfocarme completamente en mi meditación, pasé parte del tiempo pensando en este blog. (¡Ah, cuántas veces ignoramos los buenos consejos, incluso cuando vienen de nosotros mismos!) A pesar de eso, espero que mi inquietud bien intencionada deje algún beneficio. Bueno, aquí está la inspiración que tuve para el blog.

Mantén limpio tu templo. Te escandalizarías si alguien arrojase basura dentro de tu cuarto de meditación mientras estuvieses sentado allí. Por lo tanto, entrénate para no hacerlo. Nuestra consciencia es nuestro verdadero cuarto de meditación, la basura a la que me estoy refiriendo es aquellos pensamientos negativos que nos tiran hacia abajo, tales como la ira, la codicia, el deseo, o la preocupación. La Hermana Gyanamata, una de las discípulas más avanzadas de Yogananda, dijo: “No somos responsables por el primer pensamiento que viene a nuestra mente, pero somos responsables por el tren de pensamientos que le sigue.” Cuando surge un pensamiento no deseado mientras estás intentando meditar, no lo invites a quedarse como tu invitado, sino que recházalo inmediatamente como a un bandido. Este es un hábito que se puede entrenar.

Siéntate inmóvil. La inquietud física es más fácil de controlar que la inquietud mental. Sentarse inmóvil no es muy difícil de hacer: solo necesitas decidir no moverte o estar inquieto. A esto le seguirán meditaciones más profundas.

Haz sólo una cosa a la vez. La meditación profunda requiere concentrarse en un solo punto, por lo tanto concéntrate en una sola cosa a la vez. Por ejemplo, si estás contemplando la luz en la frente, haz solo eso, solo enfócate en la luz. La mente de mono se va a resistir a esto, por lo tanto necesita ser controlada. La clave es traerla bajo control rápidamente. Imagina, por ejemplo, mirar a la luz por 1000 segundos—un poco más que 16 minutos. Te enfocarás en la luz muchos más que esos 1000 segundos si atrapas a tu mente dispersa tan pronto como te des cuenta de que ha huido. Todos los que meditan luchan con este bloqueo común para las meditaciones más profundas, por lo tanto se paciente contigo mismo, y no te sientas culpable. Solo atrapa a tu mente rápido, y luego intenta alargar los periodos de verdadera concentración.

 Abre tu corazón al Gurú. Nunca te escondas o alejes de tu Gurú. Él o ella es una extensión del amor de la Madre Divina y solo tiene en mente lo mejor para ti. Si sientes que el Gurú te está juzgando, es una proyección de tu propia mente. Por supuesto que él te corregirá, pero eso es diferente de juzgarte. Si el Gurú no está más en el cuerpo, ¿cómo te corregirá? Paramhansa Yogananda respondió esa pregunta en su hermoso poema “Cuando Sea Solo un Sueño,” una de sus más amorosas ofrendas. Aquí están algunas líneas:

Sonreiré en tu mente cuando aciertes,

Y cuando te equivoques, lloraré a través de mis ojos,

Observándote vagamente en la oscuridad,

Y lloraré a través de tus ojos, tal vez;

Y te susurraré a través de tu consciencia,

Y razonaré contigo a través de tu razón,

Y amaré a través de tu amor.

Cuando ya no puedas hablar más conmigo,         

Lee mis Susurros de la Eternidad

Te hablaré a través de ellos eternamente.

Desconocido, caminaré a tu lado

Y te protegeré con brazos invisibles.

     

 

 

 

 

“Eternidad” por Nayaswami Jyotish”

En gozo,

Nayaswami Jyotish

 

Si deseas conocer acerca de nuestros cursos pulsa la siguiente imágen:

Comentarios cerrados.