¿Cómo es posible la paz mundial?

8 de Enero de 2015

is-world-peace-possible-300x208El hombre había asesinado muchas veces y fue encarcelado en la prisión de Tihar a las afueras de Nueva Delhi. Sin embargo, viéndolo contar su historia en el documental Haciendo Tiempo, Haciendo Vipasana, su rostro estaba tranquilo y tenía los ojos serenos. Explicó que a pesar de haber cometido muchos asesinatos, nunca había sentido ningún remordimiento, o incluso una conexión entre él y sus acciones.

En la prisión de Tihar cambiaron al director, y el nuevo director introdujo un programa voluntario de meditación Vipasana. Al principio sólo participaron unos pocos prisioneros, mas que nada para aliviar la monotonía, pero algo comenzó a cambiar en ellos; y los otros, notando la diferencia, comenzaron a participar en las sesiones de meditación diaria.

Empezaron con unos pocos participantes, pero rápidamente llegaron a ser miles, y el ambiente de la prisión comenzó a cambiar. Los meditadores comenzaron a usar ropa limpia, limpiar su medio ambiente, y mejorar la prisión. También comenzaron a servirse unos a otros, cuidaban a los necesitados y asistían a los ancianos y enfermos. Pero lo más importante, su conciencia comenzó a cambiar.

El hombre en el documental explicó que después de meditar durante unos meses, empezó a darse cuenta por primera vez en su vida de la magnitud de los pecados que había cometido. Él oró a Dios para que le  perdonara, y, finalmente, se le permitió ponerse en contacto con la familia de una de sus víctimas para pedirles perdón.

La familia de la víctima llegó a Tihar para conocer al asesino de su hijo, y no sólo le perdonaron, sino también continuaron visitándolo. Después de un tiempo, incluso lo adoptaron legalmente como su hijo.

La práctica en grupo de la meditación ahora se ofrece en las cárceles de todo el mundo.
Hace poco leí acerca de un nuevo programa de meditación en algunas escuelas secundarias en los barrios bajos de San Francisco, California. Estas escuelas se conocían por su escasa asistencia, bajo rendimiento académico de los estudiantes, y tanta violencia que los coches de la policía estaban estacionados todos los días fuera del recinto escolar.

Un nuevo director implementó una sesión de quince minutos de Meditación Trascendental al principio y al final de cada día. Después de unos meses, la asistencia estudiantil subió al 98%, las calificaciones mejoraron dramáticamente, y la violencia era casi inexistente.

En una era en que cada día hay nuevos actos de violencia que roban aún más vidas inocentes, estas historias ofrecen esperanza para el futuro. Proporcionan una respuesta a la pregunta: ¿Cómo es posible lograr la paz mundial?

Como en este caso de los presos y estudiantes que meditan, la conciencia humana debe cambiar primero a nivel individual antes de que los cambios sociales puedan tener lugar. El Dalai Lama dijo: “Si enseñamos a meditar a los niños de 8 años, terminaríamos con la guerra en una generación.” Las leyes no pueden controlar la violencia, los gobiernos no pueden evitarla, ni las guerras detenerla, porque la violencia comienza en la consciencia de la persona perdida en la ignorancia.

Paramhansa Yogananda enseñó que la paz debe encontrarse en el interior del corazón a través del contacto divino antes de que pueda expresarse en la sociedad en general. Y escribió: “Hacia la realización del más alto ideal en el mundo, la paz a través de la hermandad, que el yoga, la ciencia del contacto personal con la Divinidad, en su momento se extienda a todos los hombres en todos los países.”

Unámonos en esta ola de transformación social, a través de nuestra práctica de meditación, para crear un espíritu de unidad global que pueda conducir a una paz duradera.

En la amistad divina,
Nayaswami Devi

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