Al Final Todo Se Equilibra

5 de Julio de 2018

 “¡Pero eso es tan injusto!” ¿Cuántas veces has dicho estas palabras, o al menos has tenido este pensamiento? Yo sé que lo he hecho a menudo. Tal vez otro es elogiado por algo que tú hiciste. O tal vez te culpan por algo que no hiciste. Es difícil resistir este pensamiento cuando vemos gente despiadada y egoísta obteniendo poder sobre los demás, mientras que la gente honesta y abnegada tiene que luchar. Entonces es muy fácil perder la fe y volverse cínico.

Tal vez fue esa reacción la que llevó a alguien a comentar, “Los actos que no son buenos no quedan sin ser castigados.” Cuando un devoto compartió este dicho con Swami Kriyananda, él lo corrigió, diciendo, “No, no es así. Sería más verdadero decir, ‘El acto que no es bueno no pasa desapercibido.’”

Recientemente escuché una historia maravillosa acerca de esto, de los anales de la India. Hay muchas historias acerca del Señor Krishna viajando con su devoto, Narada, dándole instrucciones espirituales en el camino. En este cuento, Krishna y Narada están vagando por el campo disfrazados de mendigos, y pasan por un pueblo. Llegan polvorientos y hambrientos a la espléndida casa de un próspero comerciante, a quien le piden alimento. Él los aleja fríamente con desalmada indiferencia, diciendo, “Váyanse de aquí, mendigos inútiles. No tengo nada para ustedes.” Narada mira a Krishna, pero Krishna solo sonríe.

Finalmente, en las afueras del pueblo, llegan a una pobre choza de barro de un viejo granjero. Él vive solo y tiene poco para ofrecerles, pero los invita amablemente a descansar en su choza. Su única posesión es una vaca vieja, la cual procede a ordeñar; luego les ofrece toda la leche a los dos mendigos. Narada mira de nuevo a Krishna, que no dice nada, pero mira reflexivamente hacia la lejanía.

Al día siguiente mientras se están yendo, se detienen a buscar agua en el pozo del lugar, y se sorprenden al encontrar a la gente del pueblo, todos inquietos con algunas noticias. “¿Han escuchado?” preguntan. “El comerciante rico tuvo grandes ganancias financieras y ha duplicado su riqueza, mientras que la vaca del granjero pobre murió, dejándolo con nada.”

Este giro de la fortuna es demasiado para Narada. Lleva a Krishna a un lado y exclama, “Mi Señor, ¿cómo puedes permitir tal injusticia? El hombre rico tenía mucho de sobra, pero no nos dio nada, y ahora obtiene más riquezas. Sin embargo, el pobre granjero nos dio todo lo que tenía, y ahora incluso pierde su única posesión. ¡Esto parece tan injusto!”

Krishna sonríe nuevamente, y esta vez habla. “El hombre rico cree que la riqueza y las posesiones le traerán felicidad, por eso al recibir todavía más, aprenderá más rápido que de los apegos mundanos solo llega sufrimiento. El granjero pobre tiene una gran devoción por Dios, pero su vieja vaca era su último apego. Ahora su alma es libre.” Mirando a los ojos de Narada con ternura, Krishna concluye, “Recuerda, las maneras de Dios están llenas de amor y sabiduría, y al final todo se equilibra.”

Paciencia, fuerza interior, devoción, y confianza en Dios: estas son actitudes que nos ayudan a encontrar paz y entendimiento en este confuso mundo de espejismos. Por eso, la próxima vez que estés tentado a pensar que algo es injusto, reemplaza ese pensamiento con este: “Dios está a cargo de este mundo, y está trayendo amorosamente a cada alma justo lo que necesita para encontrar su libertad.”

Con gozo,

Nayaswami Devi

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