Una reflexión personal de Nayaswami Pushpa
Cuando tenía ocho años, recuerdo con bastante claridad estar parada detrás de nuestra vivienda ofreciendo mi vida a Dios. Fue una experiencia profunda para mí. Le dije a Dios que le serviría de cualquier manera que pudiera. ¡Esperaba tener noticias suyas con instrucciones! Sentí que tenía algo importante que hacer en mi vida. ¿Quizás todos los seres humanos tienen ese sentimiento? No sé. Pero a medida que crecí desde la niñez hasta la adolescencia, me sentí frustrada porque nunca supe de Dios y no sabía lo que se suponía que debía hacer.
A los veintitantos años comencé a sentir más curiosidad por saber por qué estaba aquí. A mis treinta y tantos años, me tomé muy en serio la búsqueda de la verdad. Recordé esa experiencia temprana y me di cuenta de que tal vez Dios se estaba comunicando conmigo, pero simplemente no sabía cómo escuchar Su guía. 1985 es cuando aprendí a meditar por primera vez y el rumbo de mi vida cambió para siempre.
Estoy muy agradecida por ese recuerdo temprano que permaneció dormido durante muchos, muchos años, pero que siempre se quedó conmigo. ¿Por qué recuerdo especial estás agradecido?
Nayaswami Pushpa
