04 de Junio 2015
“Tengo muchas ganas de meditar más profundamente, pero tengo dificultades para concentrarme.” Esta es una queja que a menudo oímos de los devotos. La mente parece estar programada para ser inquieta. Un estudio reciente de Microsoft mostró que en los últimos trece años la duración de tiempo en que las personas pueden concentrarse ha disminuido en promedio de 12 a 8 segundos. ¡De hecho, el estudio afirma que la persona típica tiene ahora menos capacidad de concentración que un pez dorado! Esto se debe en parte a que el ritmo de vida en los tiempos modernos se ve agravado por los medios de comunicación y el consumo de medios de comunicación social, la tecnología y multi-proyección.
Obviamente, la meditación no es el único momento durante el cual la gente necesita concentrarse. El trabajo lo exige; la vida familiar lo exige; y de hecho no podemos ser exitosos en cualquier area sin la concentración. Evita realizar multitareas: Esto exige rápidos cambios de concentración, y entrena a la mente para estar inquieta. Haz una cosa a la vez, hazlo con toda tu atención, y hazlo bien. Después de concentrarte durante un período de tiempo, para y toma un descanso.
Es como las dos caras de una misma moneda, por supuesto: Así como una buena concentración ayuda a la meditación, también la meditación puede ayudar a desarrollar nuestra capacidad de concentración. Incluso la necesidad de concentrarse en asuntos mundanos es una excelente razón para que la gente del mundo desarrolle una práctica de meditación.
Aquí hay nueve maneras de aumentar la concentración durante la meditación:
1) Comienza tu meditación con una fuerte determinación de concentrarte. Si no pones la intención consciente de concentrarte, no lo harás. Esto significa que debes dejar los problemas y los planes fuera de tu sala de meditación. Comienza siempre con una oración a Dios y a los gurús. Con su ayuda todo es posible. Sin su ayuda, no lo será.
2) Comienza con técnicas de respiración que calman la respiración y la mente seguirá ese patrón. Una buena manera de comenzar es con unas cuantas rondas de respiración regular: Inhala, retén, y exhala por la misma cuenta.
3) Tensa y relaja tu cuerpo varias veces para superar las tensiones subconscientes. A continuación, mantén el cuerpo inmóvil. Un amigo nuestro tiene un juego mental: “Nada puede hacerme mover.”
4) Trae tu enfoque completo al punto entre las cejas, el centro de la calma y la concentración. Mira hacia la luz allí. Es muy útil visualizar a tu gurú, especialmente mira sus ojos. Si eres receptivo, su conciencia de Dios se filtrará en tu alma.
5) Escucha el sonido de AUM. Te ayudará a calmarte y centrarte.
6) Cuando la mente se distraiga, tráela de vuelta. Haz esto rápidamente, antes de que la inquietud tenga la oportunidad de crear momentum.
7) Se paciente. La concentración crece y mengua. Si permaneces en ella, tu meditación se hará más profunda.
8) Compromete al corazón. Con el amor más profundo posible, invita a tu gurú a que se haga cargo de tu vida. Si dudas o emociones agitadas tratan de aprisionarte, pulverízalas por medio de la intensidad de tu devoción y un profundo deseo de ser un canal del amor de la Madre Divina para todos.
9) Paramhansa Yogananda dijo: “El canto es la mitad de la batalla.” El canto es una gran ayuda al comienzo de la meditación para abrir el corazón y enfocar la mente. También es una manera de volver a enfocarse cuando la atención en la meditación profunda comienza a desvanecerse. Aquí hay un canto que ayuda a profundizar la concentración. Medita en las palabras; que son una lección en sí mismss.
Sin meditación, mi mente, de aquí para allí tu vagas.
¡Qué adorable es Él! Búscalo en secreto ahora.
Flotando en la brisa del Gozo, en la carroza del cielo,
Mira a Sus ojos con tu mirada profunda,
Bebe el néctar de los mil pétalos. ¡Bebe, bebe y bebe!
Con el cósmico y poderoso Om, más profundo te sumergerás.
En amistad divina,
Nayasuami Jyotish
Nota: Yogananda dió nuevas definiciones a conceptos tradicionales. Por ejemplo, a Dios lo definió como: “Alegría Siempre Nueva”
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